Esta “supercesta de la compra” toma como referencia una base de 25 categorías de producto diferentes que pueden denominarse súper alimento, es decir, con unas propiedades nutricionales superiores. Algunos productos son auténticos clásicos de la dieta mediterránea como el aceite de oliva virgen (que crece un 4%), que muchas veces el consumidor no etiqueta como súper alimento cuando en realidad sí lo es. Al mismo tiempo, hay una serie de productos “emergentes” que se han colado en la lista de la compra de los españoles, que no es que sean nuevos, pero sí novedosos en nuestras despensas. Es el caso de la chía y la quinoa, que crecen más de un 1.000% cada uno de ellos.

Y, sin parecer que no están tan a la última, aunque bien sabemos que son imprescindibles, legumbres como las lentejas crecieron en el período de tiempo analizado casi un 4%. Por su parte, las alubias y los garbanzos prácticamente se mostraron planos respecto al mismo período del año anterior.

Otros superalimentos en forma son los arándanos, la coliflor y el brócoli, que crecieron doble dígito; mientras que los frutos secos aumentaron sus ventas por encima del 5%.

Cambios en la dieta

En esta tesitura de “mayoría de edad” y de querer cuidarnos más, y quién sabe si en busca de una mayor longevidad, un 27% de españoles manifiesta su intención de aumentar el consumo de superalimentos. Este dato está incluso por encima de la media en Europa en su conjunto, que es de un 20%.

No obstante, si bien incorporar un mayor número de superalimentos en la dieta es una de las principales iniciativas para velar por nuestra salud, los españoles tienden a buscar medidas más clásicas. Es el caso del consumo de frutas y verduras (45%), que es la más recurrente cuando nos concienciamos de que algo hay que mejorar en nuestro estilo de vida y en la forma de alimentarnos.

Esta diferencia entre medidas se explica en parte porque muchos españoles no saben bien todavía qué son los superalimentos  y qué tienen que comprar, ya que casi dos de cada tres demandan más información para saber cómo incluirlos en su dieta.

Y, al mismo tiempo, cerca de cuatro de cada diez no saben a ciencia cierta si los superalimentos  son un buen sustitutivo para prescripciones médicas; y otros tantos desconocen si proporcionan una manera natural de prevenir o tratar dolencias.

La llamada “supercesta de la compra” está formada por 25 categorías diferentes: chía, quinoa (4 subcategorías), aceite de oliva virgen, garbanzos, alubias, lentejas, arándanos, frutos secos, salmón (3 subcategorías), atún, bonito, sardinas y boquerones (2 subcategorías), trucha (2 subcategorías), soja, coliflor/brócoli y tomate. Los datos corresponden a ventas en volumen (kilos y litros) en el acumulado de los últimos seis meses (hasta semana 13 de 2017, cerrada a 2 de abril), y en el canal libreservicio (hipermercado y supermercado).