La cantidad en litros de vino consumida por habitante es muy diferente por áreas geográficas, en algunas la cifra supera ampliamente los 11 litros por habitante al año, como son Cataluña, País Vasco y Baleares, frente a otras que en las que se sitúa por debajo de los 7 litros -Valencia, Navarra, y Murcia- e incluso de los 6 litros por habitante al año, situándose entre éstas últimas Castilla-La Mancha, Extremadura y La Rioja, siendo la primera y la última especialmente significativas al tratarse de las principales zonas productoras.

El gasto de vino por habitante en hogares en España experimentó un crecimiento acumulado anual del 2,4% desde el año 2008, habiendo pasado de 20,61 (2008) a 24,91 euros en 2016. Casi todas las comunidades autónomas han tenido incrementos, con descensos significativos solo en Cantabria y en Asturias -del 3,1% y del 2,4%, respectivamente-, y mucho más moderados (por debajo del 1,5%) en La Rioja, Murcia, Navarra y Castilla y León. El gasto en euros de vino por habitante presenta grandes diferencias entre las diferentes comunidades autónomas, situándose desde los 11,35 euros de Castilla-La Mancha y los 41,53 euros del País Vasco.

El hecho de que el gasto en vino por habitante haya crecido frente a la estabilidad en el consumo per cápita indica un desplazamiento hacia vinos de mayor calidad, ya que el PVP (Precio Venta al Público) no ha experimentado grandes oscilaciones como consecuencia tanto de la crisis económica como del notable aumento de la oferta.

Perfil del consumidor

El 60% de la población española se considera consumidor de vino, de los cuales el 80% (17.926.393 personas) lo consume habitualmente y el 20% (4.528.347 personas), de forma esporádica. El 72,9% del consumo se concentra en el vino tinto, el 12,9% en vino blanco, un 6,4% en rosado, un 6% los espumosos y los dulces y el jerez concentran el 1,8%.

En cuanto a su perfil sociodemográfico, su consumo se realiza fundamentalmente por varones (57%) aunque el consumo de las mujeres va en ascenso (43%) en los últimos años. Por edades, su consumo aumenta con la edad, ya que su penetración de 18 a 34 años es del 26%; entre 35 y 54 años es del 36% y a partir de los 54, del 38%. A nivel socioeconómico, la penetración de consumidores de vino entre los de nivel de ingresos medio-bajo/bajo es del 37%, entre los de ingresos medios del 38% y mientras que en el nivel socioeconómico alto/medio-alto del 24%.

Existen seis tipologías de consumidores de vino en España. El consumidor tradicional que representa el 6,9%, que es el consumidor auténtico, con un entorno de costumbres vitivinícolas, que suele ser hombre mayor de 54 años y de clase social mediabaja. 

El consumidor urbanita inquieto supone el 7,6%. También en este caso se trata claramente de un varón, aunque la diferencia respecto a las mujeres sea muy inferior, mayor de 54 años pero igualándose en las franjas de menor edad y, en términos de nivel socioeconómico es de clase social media-media. El consumidor rutinario representa el 21,6% y es el que no se considera conocedor del vino pero tampoco se preocupa por serlo, acostumbran a ser mujeres, mayores de 54 años y de clase media baja.

El consumidor ocasional supone el 24,5% y está interesado en el mundo del vino, aunque no sea su bebida favorita, para él tiene un fuerte componente social y lo asocia a los momentos de ocio y diversión. Es un consumidor indistintamente mujer o varón, en su mayoría de edad comprendida entre 35 y 54 años, tanto desde media-baja como media-media. 
 
Por último, el consumidor social es el 13% del total, centrado en momentos de relación social o de celebración. Es masculino y femenino, observándose un consumo ligeramente superior en los consumidores de mediana edad y de clase social media-baja/baja.

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