El estudio de Advanced RSM se ha centrado en analizar si todos los españoles están reaccionando igual o, si, por el contrario, existen grupos con diferentes reacciones. El estudio da respuesta a las siguientes cuestiones: ¿qué segmentos de población existen según su reacción ante la crisis? ¿Cuáles son los segmentos más grandes o dominantes? ¿Qué caracteriza a cada segmento? ¿Cuál es el perfil sociodemográfico de cada uno? 

La consultora ha identificado seis segmentos de españoles según su reacción emocional y cognitiva ante la situación que estamos viviendo. Ordenados según su reacción general desde la más negativa hasta la más positiva, los segmentos, con su tamaño, son los siguientes:

Deprimidos-Preocupados: 14%

Su situación personal refleja un estado de ánimo bajo, junto con muy alta preocupación por su salud y por la disponibilidad de recursos económicos. Lo más característico de este segmento es que su estado de ánimo, además de ser significativamente bajo, evoluciona progresivamente a peor.

Pesimistas: 22%

El recorrido por la segmentación obtenida nos lleva a continuación hacia los Pesimistas, un Segmento que incluye al 22% de los españoles y que se caracteriza por el fuerte impacto cognitivo en términos de preocupaciones por la salud y por los recursos económicos, ambas muy por encima del conjunto de la población, unido a un bajo estado de ánimo y a una muy baja confianza en el futuro.

Desanimados: 20%

En este Segmento, que alcanza al 20% de los españoles, se mantiene el bajo estado de ánimo, por tanto, manifiesta un alto impacto emocional, pero se reducen significativamente las preocupaciones por la salud y por la repercusión económica, es decir, hay un bajo impacto cognitivo.

Confiados-Suspicaces: 16%

En este segmento que representa la reacción del 16% de los españoles, el impacto emocional y cognitivo de la situación es menor que en la mayoría. Prueba de ello es que tienen un significativo mejor estado de ánimo, que además evoluciona favorablemente, que también tienen significativamente menos preocupaciones por la salud y por sus ingresos, que su confianza en el futuro supera al conjunto y que, sin embargo, perciben significativamente menos que la mayoría los sentimientos de unidad ciudadana y aún menos la intención de los ciudadanos de seguir las recomendaciones hechas por las autoridades sanitarias.

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