El 90% de los jóvenes de la Generación Z valora que las marcas admitan públicamente sus errores y den la cara al consumidor o, al menos,  creen que es lo que deberían hacer, ser transparentes, según un estudio realizado por Mazinn y la plataforma Marcas Con Valores. Esto demuestra que existe una gran conciencia social entre los jóvenes en torno al cambio climático y la lucha medioambiental.

Las nuevas generaciones entienden que es necesaria una transformación de nuestro modelo de vida, de hecho 5 de cada 10 jóvenes está al día o se interesa por lo que hacen las marcas. Sin embargo, el impulso de esta transformación es todavía una incógnita en la mente de muchas marcas que no acaban de dar el paso definitivo hacia esta transformación porque no ven una demanda clara desde el mercado.

La Generación Z, siendo consciente de que no es 100% sostenible -aunque el 87% afirma que tiene hábitos sostenibles incorporados en su estilo de vida-, ha sufrido, como todos, un proceso de reflexión durante la pandemia que le ha permitido interiorizar esta necesidad global y pasar a la acción. El 68% de los Z, de hecho, ha incorporado durante la pandemia algún hábito que pueda considerarse como sostenible, además haciendo valer su definición y etiqueta de “empoderados” y “autodidactas”, han tomado las riendas de su propia transformación: el 62% afirma que todo lo que sabe sobre la sostenibilidad lo han aprendido de forma autodidacta a través de redes scoiales, Netflix y otras plataformas online.

Un proceso de transformación a largo plazo

El estudio trata de transmitir con claridad la urgencia que deberían sentir las marcas en este proceso de transformación y las oportunidades que se perciben. Oportunidades que giran sobre dos valores: autenticidad y coherencia, que sitúa a las marcas en la posición de convertirse en agentes educadores liderando un cambio hacia un mundo mejor para todos.

Esta generación es consciente de la dificultad de este proceso, ya que ellos mismos han tenido que sufrirlo con todas las imperfecciones y fallos que implica. Por ello dan el relevo a las marcas demandándoles que asuman esta realidad. El 40% valora las marcas que dan la cara y admiten públicamente sus errores y el 50% piensa que directamente es su obligación. Pero es importante que lo hagan de manera auténtica, con una personalidad propia y con una intención real de cambio porque este consumidor, tal y como nos enseña el estudio, es exigente y capaz de detectar el greenwashing con facilidad.

El informe también da una gran palanca para este reto: el aprovechamiento de las comunidades online. Un modelo de organización de grupos de interés que ya se está dando de manera coordinada y descentralizada en el entorno digital y donde la sostenibilidad aparece como un valor transversal a varias industrias e intereses. Un modelo que sí que está siendo utilizado especialmente por las pequeñas empresas, ya que el 83% de los jóvenes de la Generación Z las considera más sostenibles.

El estudio completo puede consultarse en su web.