Que el tema electoral griego era algo sobre lo que iban acorrer ríos de tinta, era una apuesta segura. Si hubiera un bwin sobre los trending topics (si lo acaban implementando les cedo los derechos, pero ingrésenme una serie de euros a cambio en mi maltrecha cuenta apostadora, si son tan amables) yo hubiera metido pasta a #podemos #pabloiglesias #venezuela #nikosgalis #suenamichel y seguro que me hubiera llevado unos euros. Pero lo que nadie imaginaba es que el diario La Razón fuera a saltar la banca delos TT del lunes con su impresionante portadón titulado DESGRECIA.

Entiendo que hubo un acalorado debate en la redacción de La Razón entre los partidarios de DESGRECIA y los simpatizantes de NO-RIZA, que se saldó con un triunfo fulminante de los primeros. Y entiendo, también, que DESGRECIA no fue TT por la genialidad que personalmente le aprecio, sino por su tono rancio/apocalíptico subrayado por el subtitular “Los helenos se lanzan al abismo populista”. Seguramente sea porque soy, como decían en Amanece que no es poco: “un hombre muy primario, sujeto terriblemente a las pasiones.”. Y que, por tanto, tengo una capacidad de análisis muy superficial. Puede ser. Pero el caso es que los juegos de palabras bien jugados me hacen mucha gracia y los recuerdo y los cito con profusión. Y, como yo, creo que mucha gente.

Y en esto, parafraseando a Maradona, se nos escapó la tortuga. A la publicidad, digo. Porque hubo un tiempo en que esto éramos el Reig de las Camas. Ahora los que marcan tendencia en los juegos de palabras son los periódicos deportivos con portadas épicas como “CHOLOS ANTE ELPELIGRO” o “TATACLISMO”.

Es evidente que me estoy haciendo viejuno, pero ya no se hacen cierres como los de antes. Como declarado vicepresidente del Club de Fans de Ricardo Pérez que soy (Presidente: José Luis Moro), en muchas ocasiones he intentado tirar alguna idea similar (por debajo, claro) a sus genialidades tipo “No compre sin Thom ni Son” y son ideas que sufren mucho a la hora de ser valoradas. Es como que se las desprecia de salida, como si jugaran en una categoría inferior a las demás, que pretenden generar emociones más elevadas y que soportan, quizás, un análisis estratégico más concienzudo. Y acabas autocensurándote.

Puede ser, pero ahora que estamos asistiendo a la epifanía del branded content, no se me ocurre ningún contenido que esté más brandeado y que entre mejor al target que las pelis históricas de Ricardo Pérez. Yo, por ejemplo, me estaría viendo horas y horas en un loop infinito a dos calvos diciendo alternativamente “claro/calvo” mientras se zampan un bocata de atún (de extraordinaria calidad, por cierto). O a Benny Hill asegurándonos que “el que sabe, Saba”, vestido de señora, de alpinista o de vendedor de yogurteras. Si ustedes son tan jovenzuelos que no saben de lo que hablo, les ruego que pospongan por un momento ese visionado del último videoclip de los Gemeliers que tenían pendiente y youtubeen “Ricardo Pérez un mito lógico”, un video fantástico que le dedicó el Club de Creativos.

Igual es que nos hemos sofisticado un pelín demasiado y con todo esto del social media, el real-time marketing, los key visuals, los KPI, los analytics y demás jerigonza marketinística, por querer ser más científicos estamos dejando un poco de lado la base de todo este business que es conectar con la gente a la que le queremos vender nuestras cositas.

Por eso, cuando leo DESGRECIA me hace mucha gracia. Pero también me da como pena.