“Acabados premium, ocho velocidades, cuero de excelente calidad y puertas de madera de nogal mate”. No, así no vas a conseguir seducir a los millennials. Su concepción del consumo ha cambiado, la clásica idea de “cuantas más cosas y más grandes mejor” ya no funciona, el lujo y la abundancia no son una prioridad para ellos.

Los millennials están mucho más orientados a las experiencias, a vivir el momento y crear relaciones. El 78% de la Generación Y prefiere gastar su dinero en experiencias en lugar de productos, recoge Eventbrite. La revista Forbes también destaca que los millennials invierten el dinero en disfrutar del momento: tomar unas copas con los amigos, comer en las últimas foodtrucks que han instalado en la ciudad,  ir a conciertos, viajar… Su hábitos de consumo son distintos a los de las generaciones anteriores, por eso la forma de acercarnos a ellos debe ser diferente. 

El millennial no quiere recibir publicidad, su forma de relacionarse con las marcas no es precisamente mediante mensajes que enfaticen el valor económico o la majestuosidad del producto. Los millennials quieren que la marca tenga algún significado, que defienda aquellos valores con los que ellos se identifican y que contribuyan de alguna manera a mejorar el mundo. Esta generación demanda una cierta conexión con la marca.  Aquí el “Driven by passion” de FIAT funcionaría mucho mejor, porque los millennials son entusiastas por naturaleza. 

Otro cambio importante es que los millennials no quieren interrupciones, no les gusta recibir una llamada de telemarketing o que les salte un pop-up mientras están consumiendo algún contenido. No soportan los banners ni los formatos intrusivos. 

Lo que busca el millennial es que la publicidad sea relevante, es decir, que le aporte valor y que la encuentre justo en el momento en que la necesite. Como apunto en mi último libro "Diario de un Millennial", el marketing del siglo XXI debería apuntar en esta dirección. Las marcas deben crear contenido interesante y constructivo que fomente el aprendizaje, sea divertido y tenga un impacto positivo en la sociedad. De esta manera se posicionarán como un referente para el consumidor, alguien que les acompaña y les aporta valor durante todo el proceso de compra. 

En resumen, seguir la filosofía que está detrás del Inbound Marketing y en lugar de ser una marca que molesta, ser una marca que está al lado del usuario, que le informa, lo educa y ayuda. Las marcas deben relacionarse de forma natural con los millennials, solo de esta forma lograremos posicionarnos entre este público y lograr que nos consideren como una compañía que quieren consumir.