De la planificación a la ejecución: cómo una simulación puede contribuir a una transformación exitosa.

Sin brújula un barco no sería capaz de encontrar un puerto ni estimar el tiempo necesario para llegar hasta allí. Es una de las frases célebres de Peter Drucker, consultor de negocios y considerado uno de los filósofos más destacados de la administración del siglo XX. En un contexto como el actual, con gran incertidumbre económica, social y política, la cita de Drucker cobra un mayor sentido: las organizaciones son conscientes de la importancia de implementar de manera adecuada estrategias de negocio. Lo que distingue a las grandes organizaciones es su capacidad de ejecutar de manera exitosa una estrategia. En muchas ocasiones esa transformación no resulta sencilla debido a la idiosincrasia del propio mercado y los continuos ajustes, lo que ejerce una enorme presión sobre los ejecutivos y sus equipos.

Sin lugar a dudas, la implementación depende de las personas, de colaboradores que necesitan comprender qué significa la nueva estrategia para ellos, para su contexto y funciones específicas, y cuál es su impacto dentro de la estrategia corporativa general. Desarrollar este entendimiento es difícil, especialmente cuando la nueva estrategia demanda hacer un cambio en cómo hacer las cosas. Comprender algo nuevo requiere acumular experiencia y la única forma para lograrlo es hacerlo.

La ejecución es un desafío aun mayor cuando las empresas están trabajan en silos. Es decir, las personas trabajan en diferentes departamentos en los que no hay conexión entre ellos y no perciben cómo sus decisiones afectan a los demás. Por lo tanto, es necesario trabajar en un mayor nivel de conciencia empresarial. 

En más de treinta años colaborando con organizaciones de todo el mundo, vemos varios desafíos recurrentes en torno a la ejecución: lentitud, desconexión y desconocimiento. Por una parte, se caracteriza por ser lenta, es decir, el equipo dedica demasiado tiempo a la planificación en lugar de pasar a la implementación; por otra parte, está desconectada, lo que supone que las personas están aisladas y, a menudo, desalineadas. Por último, la ejecución podría ser dolorosa, es decir, que las personas del equipo luchan por comprender completamente lo que significan las nuevas estrategias para ellos.

Por eso, tres elementos resultan clave para impulsar con éxito la ejecución: alineación, mindset y capacidad. La alineación se refiere a la comprensión global de la estrategia. El mindset hace alusión a visión de un individuo, sus creencias, actitudes y comportamientos. Apela al compromiso personal y a la creencia en la legitimidad y viabilidad de la estrategia. Por último, la capacidad apunta a las habilidades y conocimientos particulares que las personas necesitan para ejecutar con éxito su parte específica.

Con el fin de preparar a las personas para el lanzamiento de una nueva estrategia, los programas basados en la experimentación, específicamente las simulaciones de negocio se han convertido en una herramienta clave. Un programa desarrollado específicamente para uno de nuestros clientes fue diseñado para reunir los elementos más críticos y estratégicos necesarios para recrear los desafíos de ejecutar una nueva estrategia en un contexto cambiante y de gran complejidad. La plataforma permite a los participantes tomar una variedad de decisiones sobre la estrategia de su organización, en un contexto que incluye los problemas de sus clientes del mundo real, las fluctuaciones comerciales, la competencia dinámica y el entorno en constante evolución.

Los líderes y colaboradores se dividen en equipos mixtos de cinco a seis personas que representan a la compañía en su conjunto. Cada equipo es responsable de ejecutar la estrategia y compiten entre sí en varias rondas. La experiencia es guiada por consultores que analizan y comparan los resultados obtenidos por las diferentes compañías simuladas y facilitan un dialogo al final de cada ronda de manera que los participantes pueden entender el impacto que sus decisiones tuvieron en los resultados obtenidos. Como resultado, los participantes internalizan diferentes aprendizajes y decisiones estratégicas que cada individuo y equipo acumula como experiencia y comprensión de la organización en su conjunto. Además, participar con los compañeros en un ambiente competitivo, altamente interactivo y con poco tiempo, lo que proporciona un gran impulso de energía.

La simulación de negocio es una experiencia integral basada en la intensidad e inmersión total a través del realismo, el desafío intelectual y la presión; en un espacio seguro y de libertad para asumir riesgos, experimentar y ver el impacto de las decisiones en tiempo real. A esto se le suma el coaching, para cambiar antiguos mindsets y seguir adelante. Simulaciones de negocio semejantes permiten a las compañías desafiar y superar el camino hacia la implementación real, romper los silos de trabajo y de información, así como desarrollar una visión integral hacia una organización más conectada y en constante aprendizaje; habilidad fundamental para los equipos, hoy y hacia el futuro.