Bajo el claim "Dare to mix", la agencia española presentaba un concepto con un mensaje claro para los usuarios: perded el miedo. De esta forma, se les invitaba a salirse de lo establecido: atreverse a mezclar sus prendas en la lavadora ¡pero también a ser ellos mismos! Y no solo eso, como añade Davide Gozzi, ‘head of creative strategy’ de Buzz, "con esta campaña rupturista, la propia marca dejó claro que serían ellos mismos los primeros en atreverse, convirtiéndose en paradigma de la coherencia entre continente y contenido."

La agencia creó tres píldoras de vídeo en las que se podía ver cómo los personajes no solo mezclaban su ropa de color con la blanca, sino también las diferentes facetas de su vida: John ejerce como abogado de día, mientras por la noche protagoniza un ‘show’ travestido como Scarlett Labelle; Mike trabaja en atención al cliente, y algunas tardes se enfunda el kimono para ser el mejor judoka; Melanie trabaja como bióloga, pero eso no le impide ser la máxima goleadora de su equipo de fútbol los miércoles por la noche. 

A todo esto se sumaba una activación digital en la que los usuarios podían solicitar una muestra del producto, probarlo en su colada, y subir una foto del ‘mix’ sus prendas para ganar un premio. 

La campaña de Colour Catcher ha tenido un impacto muy positivo en el público, demostrando, como indica Gozzi, que "es justamente este tipo de iniciativas las que la sociedad necesita para volver a confiar en la publicidad."  El creativo añade, además, que con este caso como ejemplo, "queda claro que la innovación también pasa por hacer un ejercicio de autocrítica del sector y atender a las necesidades de un público con más conciencia social que nunca".