Hace algunas semanas, el Club de Creativos ha presentado el informe Creativos en España *.

Se trata de la primera encuesta masiva realizada en nuestro país para conocer el estado de esta singular profesión nuestra. Es el primer intento serio de aproximarnos a la realidad de un colectivo que casi siempre se describe desde el cliché y los sobreentendidos.

A pesar de que los medios profesionales han publicado ya los resultados, no me resisto a comentarlos y hacer mi personal lectura.

Hay dos creativos por cada creativa. Sin embargo, éstas tienen más y mejor formación. Casi todas ellas son licenciadas y muchas más chicas que chicos tienen estudios de postgrado.

Pero, paradójicamente, por cada mujer que se define a sí misma como directora creativa hay tres hombres con ese mismo cargo. La explicación puede ser el techo de cristal, una conciliación imposible o una autoestima masculina a prueba de bombas.

Sea como sea, la encuesta confirma lo que vemos en los jurados y en los departamentos creativos a diario: a partir de determinada edad y responsabilidad, las mujeres son rara avis. Me pregunto si somos conscientes de la pérdida que sufrimos todos cuando ellas arrojan la toalla. Estoy convencido de que una concentración tan alta de testosterona tiene gran influencia en nuestro producto creativo. Como poco, nos hurta la oportunidad de saber hasta dónde podríamos llegar si más mujeres tuvieran la última palabra.

Únicamente un 12% de los creativos tiene más de 45 años. Y sólo un heroico 2%, más de 55. Suelo decir que el anuario del Club de Creativos recoge y fija nuestra memoria colectiva. A la luz de este dato, me doy cuenta de que sin el anuario seríamos, de un modo irremediable, un colectivo amnésico. La aldea gala de la veteranía es mucho más pequeña de lo que había supuesto.

Un abrumador 90% considera que ha recibido una buena formación. Sin embargo, son también mayoría quienes consideran que deben estudiar idiomas. El mecanismo mental por el que una educación sin idiomas puede ser calificada como buena es un misterio que se me escapa. Y otra muestra más de la gigantesca burla que es el sistema educativo español.

La mayoría cree que la creatividad española es muy buena. Incluso un 6% la califica de excelente. La ilimitada fe en sí mismos de los creativos es admirable y, sin duda, resulta esencial para abrirse camino. Sin embargo, hay algo que me hace desconfiar de estas afirmaciones tan patrióticas, que los hechos contradicen con demasiada frecuencia.

Sorprendentemente, en nuestra profesión no hay paro. Tan sólo un 4% dice encontrarse en esa situación. De la misma manera, casi la mitad dice trabajar solo o en estructuras minúsculas, de menos de cinco personas. Resulta admirable esa fortaleza de espíritu. Si uno no se considera parado, no está parado. Afirmar “yo trabajo” es seguir en pie y en marcha por mucho que la realidad se empeñe en convencernos de lo contrario. Debería llenarnos de esperanza sentir tanta energía, tanta rebeldía.

NEGOCIO PROPIO

Conectado con lo anterior, uno de cada tres creativos está decidido a montar su propio negocio en los próximos años. Y uno de cada dos lo ve bastante probable.

Otro asunto es en qué medida puede ser competitiva una industria formada por una miríada de pequeñas empresas, muchas de ellas individuales, y con tan bajo conocimiento de idiomas.

Me parece poco probable que estos creativos estén en condiciones de tener éxito compitiendo con sus colegas europeos, salvo las brillantes excepciones de siempre. Un último comentario. Los creativos que respondieron a la encuesta propusieron acciones para mejorar la situación. Una de ellas no puede ser más lúcida y concreta: olvidar el miedo.

El miedo es el compañero de viaje de cualquier creativo. Nadie se aventura en lo inédito sin sentir su punzada. Sin embargo, en tiempos revueltos es fácil cederle los mandos al miedo. Incluso a muchos puede parecerles la elección prudente, la decisión inteligente.

Personalmente celebro que la encuesta acabe con esta guinda final. No hay idea más subversiva que querer acabar con el miedo. Olvidarlo es dejar atrás la incertidumbre y dar la bienvenida a días más soleados.

Tenemos toda una generación deseando hacerlo. Brindemos por esos valientes.

*Para quien desee conocer el contenido completo del estudio, le invito a entrar desde este enlace