Grupo Raíz Digital realizó un estudio de marketing turístico en el que encuestaron a 500 directores de marketing y empresarios del sector turístico en España. Las conclusiones reflejan que los turistas se fían cada vez menos de las reviews de los sitios webs de hoteles y más de los contenidos de calidad que encuentran en webs de viajes. Sin embargo, las webs de los establecimientos hoteleros carecen de contenidos, de información relevante para el turista, sin actualización ni datos sobre qué hacer en el destino.

Lo que ha quedado claro a partir de este estudio es que los hoteleros saben que deben ser prescriptores del destino (68% de los hoteleros) pero la mayoría no lo hace (50% dicen que deben desarrollar más contenido sobre el destino) ¿Por qué? Pues vaya usted a saber por qué. La mayoría de las veces porque no ven el retorno directamente. Una cosa que ha traído internet y la forma en la que los contenidos se distribuyen, es que hay un mantra que dice que “todo se puede medir”. Podemos medir exposición, engagement, visitas, reservas hoteleras. ¿Pero qué pasa cuando lo que intentamos medir son las ganas de ir a un sitio en particular? Yo mismo sigo a decenas de cocineros en Instagram o Twitter ¿Por qué? Porque me encanta comer. ¿Llamo desde su perfil de redes sociales para hacer una reserva? No. ¿Contacto con ellos a través de Twitter para reservar? No. Entonces ¿mi reserva a qué canal se asocia? A directo. O a SEO si hago la búsqueda en Google. Cuando el impacto me lo ha hecho, una y otra vez, a través de las redes sociales. Por eso choca tanto que en el estudio digan que solo el 10% de los hosteleros consideran el contenido de sus redes sociales importante. ¿No saben medir? ¿No les hemos enseñado a medirlo? ¿No saben cuánto cuesta un impacto en radio, televisión, blogs o medios de corte turístico?

Pero además, las webs son las grandes olvidadas del marketing de contenidos. Las webs de los establecimientos hoteleros sin apenas actualización, sin contenidos sobre el destino, sin un triste “qué hacer” en la ciudad o en el entorno son las más numerosas. Cuando un hotelero habla sobre un destino en particular lo normal es que el usuario se lo crea porque ¿Quién conoce mejor la localización que alguien que vive allí? ¿De verdad creen los que solo hablan de sí mismos que el turista se va a quedar las 24 horas en su establecimiento?

Están muy equivocados. Coincido con Lucas Aisa cuando dice “Da igual cómo de fuerte desees tú que ocurra algo, si no está alineado con lo que quieren —y esperan de ti— tus clientes, será muy difícil que ocurra.” Los clientes esperan consejos creíbles. Porque como añade Lucas “Sin credibilidad es muy difícil construir confianza, que es el elemento necesario para convertir un consumo de contenidos en una reserva de habitación”.

Y es que, además, los turistas consumen ese contenido. El 77,4% de los turistas hacen mucho consumo de contenidos y un 72% de los turistas internacionales hacen el consumo de contenidos que les lleva a la reserva final de un determinado destino, meses o semanas antes del viaje.

Por eso tiene mucho sentido lo que dice Fabian Gonzalez “La inspiración es la chispa que enciende el deseo de visitar un determinado destino, hotel, restaurante…“ Hay que inspirarlo antes del viaje. Porque cuando el turista extranjero ya está aquí ya sabe a donde va a ir a comer cada día, que va a ver cada día de sus vacaciones, qué es lo que va a hacer. Pero para el turista local es muy importante el qué ve.

Usar el marketing de contenidos turístico para captar tráfico sigue sin ser algo nuevo. Se lleva haciendo desde tiempos inmemoriales, pero solo aquellos que se lo creen y apuestan fuertemente por ello conquistarán el reino de las visitas orgánicas, las reservas fuera de las OTA (con sus altas comisiones) y el ahogante pago por clic.

Puedes descargar el estudio completo en este enlace