La tecnología ha abierto la puerta de la publicidad inteligente. Esta permite a las marcas multiplicar el impacto de sus campañas y optimizar sus resultados.  En la actualidad más de 1.000 millones de usuarios europeos consumen publicidad en el móvil. La industria publicitaria, lejos de morir, ha encontrado una poderosa herramienta en el universo digital.

A finales de este año la inversión en publicidad digital en Europa alcanzará los 57.232 millones de euros y crecerá a un ritmo interanual del 22%, según un reciente análisis de Rouge AdTech Agency. En 2023 se estima que el mercado de publicidad digital facturará más de 125.332 millones de euros en Europa y, a nivel mundial, rozará los 473.000 millones de euros. La inversión en publicidad móvil ya supone el 21% de la industria publicitaria digital en Europa. En 2019 se traducirá en una cifra de facturación superior a los 32.500 millones de euros y en los próximos años crecerá a un ritmo del 30%.

Son cifras más que interesantes. Pero, más allá de los números, no se puede obviar el potencial que supone la aplicación de las nuevas herramientas tecnológicas a la publicidad para la reputación de las marcas. Y todo lo que genera notoriedad, también atrae la atención de la ciberdelincuencia, igualmente en constante evolución. El ecosistema digital está lleno de amenazas potenciales y la industria de publicidad móvil también es vulnerable. A medida que la tecnología se va implementando en la industria publicitaria, los métodos desarrollados por los estafadores también avanzan. Los teléfonos inteligentes son un objetivo cada vez más atractivo para los delincuentes y la operativa del fraude tiene muchas caras: falsos clics, falsas landing pages, spam

En este contexto, la industria publicitaria no sólo tiene que proteger el valor de la marca sino también su inversión. Esto nos obliga como industria a replantearnos si es suficiente con hablar de Brand Safety o si debemos cambiar nuestro rumbo para empezar a hablar del Business Safety. Nuestra misión y objetivo debe ser salvaguardar los anuncios en sí mismos para evitar el fraude: el gran lastre de la publicidad digital.

En la actualidad, el tráfico malicioso que afecta a las campañas publicitarias digitales, le cuesta a Europa cerca de 6.850M€. En 2023 la pérdida de ingresos por fraude se situará en torno a los 19.400 millones de euros. Rouge AdTech ya cuenta con una tecnología ad hoc para proteger el anuncio ante un tráfico malicioso evitando que se muestre, de manera que, si no hay impresión o clic, no hay coste.

La inteligencia artificial elimina el 12,5% del fraude, un ratio que aumentará hasta el 20% en 4 años gracias a los desarrollos tecnológicos. El riesgo de sufrir ciberataques es motivo de preocupación para las empresas, no sólo por el daño sobre la imagen de marca y la reputación, sino también por el coste que puede suponer en términos puramente económicos. La tecnología ha llevado a nuestra industria a cotas que ni imaginábamos y, en estos momentos, es clave hacer la misma apuesta para proteger la inversión y su rentabilidad.

En este escenario, la prevención del fraude no puede concebirse como algo complementario, sino como un eje fundamental en el desarrollo de la publicidad digital efectiva. Y resulta imposible anticiparnos y luchar contra él sin apoyarnos en soluciones tecnológicas que permitan preservar el valor tangible e intangible de las campañas publicitarias.