La Inteligencia Artificial (IA), o mejor, el Machine Learning y el Deep Learning, han venido para quedarse. Pero nos queda mucho por hacer en el desarrollo de casos de aplicación y experiencias que ayuden a mejorar nuestros procesos y servicios gracias a estas nuevas capacidades.

A día de hoy, cuando pensamos en IA aplicada a las conversaciones casi siempre nos acordamos de las cansinas preguntas de los call centers, o esos tediosos chats que suelen acabar en la misma acción: “llamo a atención al cliente”, o en esa recomendación de películas que nunca termina de enamorarnos.

En realidad, el término “conversacional” es mucho más amplio y no está restringido a la comunicación hablado o escrita. Siempre que utilizamos un sistema informático, da igual si es en el trabajo, en el móvil, o con nuestros hijos, estamos manteniendo una conversación con los equipos de desarrollo que han creado ese entorno. Es como si, en cierta forma, nos estuviesen proponiendo temas o acciones a cada paso que damos. De esta forma, cada día nos enfrentamos con retos diversos que nos obligan a adaptarnos y a diversificar nuestro conocimiento, haciéndonos multitarea y multitemáticos. Por ello tenemos que ser más transversales en nuestras obligaciones laborales, innovadores en la forma de llevarlas a cabo, y sobre todo, no podemos dejar de aprender.

Es por todo esto que una nueva familia de entornos está abriéndose paso en los sistemas corporativos (B2B). Hasta hace poco, la tecnología de las compañías se dividía por verticales. Así, si tu eres comercial, tendrás este entorno, pero si gestionas planes de ejecución, utilizarás este otro. Gracias a la nube, y a la expansión de las plataformas low-code o non-code de Ingeniería Semántica, tenemos la capacidad de desarrollar plataformas que abarcan tanto a los comerciales, como a la gestión operativa y a cualquier otro departamento. Esta nueva familia de tecnologías nos permite incrementar exponencialmente la eficacia de nuestros equipos, reducir casi a cero los problemas transversales de comunicación y mejorar la calidad de nuestros productos y servicios. Pero ¿Y si, en realidad, nuestro trabajo no depende del “rol” que tengamos, sino que al final, durante un rato del día somos marketing, durante otro gestionamos equipos, y al final del día hacemos coaching o somos consultores? ¿Qué le pasa a nuestra plataforma? ¿Cómo podemos ir a nuestros departamentos de IT y pedir algo si somos los únicos que hacemos todo en ese orden?

Aquí es donde entra la IA y la explosión de las plataformas transversales conversacionales. Gracias a los avances de los últimos años podemos crear modelos que respondan a lo que un usuario va a hacer “ahora”, no a lo que el equipo de programación pensó hace meses o años. La capacidad de dotar de IA a los sistemas para que modifiquen su estructura, no sus procesos o sus procedimientos, y muten por como nos comportamos en él, es algo que está llegando ya al mercado.

Cada vez hay más herramientas que incorporan esa capacidad de interactuar o responder a lo que el usuario quiere, como si conociese como te comportas y te estuviese proponiendo temas de conversación y de actuación, para que tu trabajo sea más simple y más certero.

Esta nueva familia de plataformas son la clave para que nosotros, los usuarios finales, no nos volvamos locos entre múltiples programas distintos y tengamos que usar herramientas externas para sacar a delante nuestro trabajo.

Así que la siguiente vez que estés delante de tu ordenador en el trabajo recuerda: Tu trabajo individual es importante porque forma parte de una cadena de valor transversal. Los sistemas de IA deben ayudar en las organizaciones a generar un campo semántico de escucha, aprendizaje y mejora en tiempo real. Las plataformas de transformación en base a la lógica de negocio y no a algoritmos o programación tradicional nos permitirán dar un salto exponencial en el camino hacia la diferenciación. El impacto en la agilidad y el nivel de servicio será tu medida de éxito.

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