El portal estadounidense ‘TechCrunch’ se hace ahora eco de que YouTube ha anunciado que ha actualizado las políticas que rigen qué vídeos de la plataforma pueden incluir anuncios, tanto para incrementar la seguridad de los anunciantes como para que los ingresos por publicidad no lleguen hasta los creadores de ciertos contenidos. En concreto, las políticas implementadas por YouTube para que un usuario pueda inscribirse en el programa de creadores de vídeo y, por tanto, ganar dinero por publicidad, indican que las piezas no pueden contener:

- Contenido de odio: Contenido que favorece la discriminación o menosprecia o humilla a un individuo o grupo de personas en base a la raza, etnia, origen étnico, nacionalidad, religión, discapacidad, edad, estado de veterano, orientación sexual, identidad de género, u otra característica asociada con la discriminación sistemática o la marginación.

- Uso inapropiado de personajes de entretenimiento familiar: contenido que representa personajes de entretenimiento familiar involucrados en comportamientos violentos, sexuales, viles o inapropiados, incluso si se realizan con fines cómicos o satíricos.

- Contenido incendiario y degradante: contenido que es gratuitamente incendiario, provocados o degradante. Por ejemplo, contenido de video que utiliza un lenguaje sin respeto gratuito que avergüenza o insulta a un individuo o grupo.

Tras las revelaciones publicadas por el diario británico, fueron varias las marcas y las agencias que, por seguridad, decidieron paralizar la inversión en el portal de vídeo de Google, como ‘The Guardian’, el Gobierno de Reino Unido o la operación británica de Havas –con clientes como Kia, Hyundai, Domino’s Pizza, O2 o la BBC-. Poco tiempo después, ‘The New York Times’ publicó una de las primeras medidas tomadas por Google para mitigar el malestar: dotar de un mayor control a las marcas sobre dónde aparecen sus anuncios para, de algún modo, reconocer que no se ha hecho todo lo posible hasta el momento para controlar completamente el contenido que se publica en sus plataformas. Como parte de este movimiento, Google también dijo que examinaría más rigurosamente el contenido que pueda considerarse despectivo o de odio, punto del que puede derivar el cambio en sus políticas recién anunciado.