La obra formaba parte de la muestra de arte contemporáneo al aire libre Echigo Tsumari que, con motivo de la celebración de los 150 años de relación entre España y Japón, seleccionó a Santiago Sierra intervenir una ladera montañosa de Matsunoyama (Niigata), destacado destino vacacional para los amantes de la Naturaleza, que cuenta también con unas conocidas aguas termales.

La réplica del Toro de Osborne ha sido una de las atracciones de esta muestra de arte contemporáneo  que lleva una década exponiendo la obra de más de 350 artistas y arquitectos de más de 40 países, a lo largo de una extensión de 760 kilómetros.

Finalizados los tres meses de la muestra, y después de haber recibido más de medio millón de vistitas, los vecinos de la localidad donde ha estado exhibida han decidido que se quede y se incorpore a la colección permanente. El icono, de 10 metros de altura, ha sido construido por trabajadores japonenses siguiendo indicaciones del Grupo Osborne, se indica en una nota, y aplicando las técnicas anti-terremotos más avanzadas. La pieza está integrada en un paisaje formado por un frondoso bosque de hayas.