Visualmente, el diseño de la tela está dominado por los colores distintivos de la cadena de restaurantes especializada en pollo frito: el rojo y el blanco. Tonalidades que además mantienen una fuerte vinculación con los manteles utilizados en los picnics.

Quizá una de las características más destacadas de esta prenda está en que el usuario, al utilizarla como mantel, no deja su torso al desnudo, pues incluye un bolsillo para guardar el mismo —ventaja doble pues, en caso de mancharlo, evita que tras la comida se luzca un lamparón en la prenda—. Pero también cuenta con un inconveniente, y es que no puede ser despegado de la camisa, por lo que la persona que la vista deberá permanecer sentado hasta que los comensales hayan saciado sus estómagos.

KFC regaló este invento a los clientes del restaurante que tiene en la localidad estadounidense de Springield, en Misuri, el pasado 24 de julio. Y lo hizo precisamente ese día y en ese lugar debido a que el pasado miércoles se celebró el Día del drive-thru y a que ese local fue el primero de la compañía en el que los clientes pudieron hacer sus pedidos sin bajarse del coche.

Para quienes no pudiesen acudir a la cita, KFC puso en marcha una página web, PicnicOnUs.com, en la que los internautas han podido optar al sorteo de uno de estos inventos.

La estrategia de KFC

KFC es una compañía que en mercados internacionales suele apostar por el desarrollo de curiosos inventos como parte de su estrategia de comunicación comercial. Entre ellos, una cápsula para escapar de las garras de internet o una vela con olor a pollo frito. Pero también impulsa otro tipo de iniciativas como una lanzada el año pasado que creó Ogilvy Hong Kong y que tuvo como ejecuciones principales una serie de gráficas en las que se sustituyó el humo generado por el fuego por pedazos de pollo.