Solo la mitad de la población considera que las etiquetas de los productos envasados son bastante o muy creíbles.
Solo la mitad de la población considera que las etiquetas de los productos envasados son bastante o muy creíbles.

La mayoría de la población (76%) está bastante o muy preocupada por los alimentos envasados, mientras que para un 60% la percepción sobre este tipo de alimentación ha empeorado en el último año. Estas son algunas de las conclusiones del estudio de GfK “La alimentación consciente”. Para la elaboración de este informe se han realizado más de 1.500 entrevistas online a una muestra representativa de la población española de entre 16 y 69 años.

El 32% de la población cree que las marcas de alimentación españolas se están esforzando bastante o mucho en mejorar los alimentos envasados que venden, aunque todavía un cuarto de la población (24%) cree que se están esforzando poco o nada. El estudio también muestra que el consumidor pide que se mejoren las fórmulas de los alimentos envasados, pero no siempre está dispuesto a renunciar o ver modificado el sabor del producto.

Solo la mitad de la población considera que las etiquetas de los productos envasados son bastante o muy creíbles. Una credibilidad similar a la de los artículos o comentarios que leen o escuchan en los medios de comunicación y en las redes sociales sobre la alimentación envasada. Las preferencias a la hora de informarse se encuentran en internet (64%) a través de redes sociales y web/blogs especializados en alimentación, la opción preferida por el 24% de los internautas consultados, con un nivel de credibilidad muy importante. Superior a veces que las propias etiquetas.

Crecen los consumidores concienciados

Con los datos analizados, la consultora ha segmentado a los consumidores en cuatro perfiles: los Estoicos, los Hedonistas, los Compensadores y los Relativistas, siendo los dos primeros los que presentan variaciones notables.

Los consumidores Estoicos son los más concienciados. Ellos han aumentado del 21% al 25%, respecto al año anterior. Son aquellos que renuncian y se sacrifican en pro de la salud. Además, representan el grupo de consumidores que más conocimiento tienen sobre los calificados como superalimentos, ya que el 85% ha consumido alguno de ellos en el último mes (15 puntos porcentuales más que el resto de la población).

Por otra parte, el grupo de consumidores denominados Hedonistas, quienes tienen su foco en el disfrute y en el placer de comer sin preocupaciones, se ha reducido del 31% al 26%.

Se consolida así la tendencia entre la población de “cuidar más lo que comemos” eliminando de la dieta ingredientes considerados nocivos, así como los alimentos procesados en los cuales están presentes.

Aceite de palma, grasas y azúcar: ingredientes considerados más nocivos 

El estudio también muestra que seis de cada diez personas en España declara seguir algún tipo de dieta para eliminar de su alimentación ingredientes percibidos como dañinos para su salud.

El aceite de palma sigue siendo el ingrediente considerado más perjudicial, mencionado por el 68% de los consultados. Los consumidores lo asocian tanto al cáncer como a las enfermedades cardiovasculares. El 54% declara haberlo eliminado o reducido de su dieta (7 puntos porcentuales más que el año anterior). 

Detrás de él, las grasas trans o hidrogenadas, así como las grasas saturadas completan el trío con mayor número de menciones como ingredientes considerados negativos, con un 49 y 46 por ciento de menciones, respectivamente. Ambas se relacionan principalmente con las enfermedades cardiovasculares (al igual que la sal) y el colesterol alto. A pesar de esto, baja ligeramente (3 y 5 puntos porcentuales cada una) el número de personas que las están reduciendo en su dieta.

Mientras que el azúcar, que está entre los ingredientes más perjudiciales para el 33% de los entrevistados, se relaciona mayormente con la diabetes y las caries. Este componente se ha buscado eliminar en la dieta del 41% de la población (37% en el estudio anterior). La miel sigue siendo el sustituto preferido, mientras que la estevia parece perder algo de peso.

El público pide cambios en la composición de la comida procesada

Por tanto, los alimentos que incorporan en su receta el aceite de palma y el azúcar como la bollería procesada y las galletas de picoteo son el principal enemigo de una alimentación adecuada. De hecho, la bollería envasada, además de ser la menos saludable, es junto con las salchichas la categoría en la que el consumidor español más demanda un cambio en la composición, aunque ello involucre también un cambio en su sabor. 

Además, es en la que más está disminuyendo su consumo: el 57% de la población señala que está reduciendo la bollería procesada de su alimentación. Tras ella, el 52% dice reducir la ingesta de galletas de picoteo o capricho; y el 44% de snacks salados, platos preparados, refrigerados y congelados.

Sin embargo, en categorías muy “de disfrute” a las cuales también se les pide un cambio de composición, como las pizzas, refrescos, snacks salados, crema de untar o noodles, esa renuncia de sabor es algo que no están dispuestos a asumir, lo que supone un reto mayor para las marcas.