Otro año, otras predicciones de nuestro sector, lo de siempre—salvo que esta lista es breve y contundente. Aquí tenemos tres de los temas principales que seguramente afectarán al espacio online y al marketing digital en 2018:

GDPR viene y afectará a tu empresa: la nueva regulación de privacidad en la Unión Europea entra en vigor en mayo de 2018 y es la bomba. GDPR, o General Data Protection Regulation, tendrá profundos efectos en cómo los marketers y empresas coleccionamos y guardamos datos, qué hacemos con esos datos y cómo informamos a los clientes. Según la propia EU, la regulación “es el cambio más importante en la privacidad de los datos en los últimos 20 años”. Incluso los que no son de la zona común y los que son de Europa, pero venden fuera de la EU serán afectados. Asegura que tus departamentos de Legal y Compliance, IT y Marketing son conscientes de los cambios que esto supone. Prepárate también para que la EU ponga de ejemplo a alguna empresa de Martech o software cloud en 2018 con una multa importante por vulnerar la nueva legislación. El cumplimento del reglamento tiene un plus: no solo evitas multas, sino fomentas la confianza entre los usuarios de tu web: ahora sabrán exactamente qué vas a hacer con sus datos.

2018 seguirá siendo el año del Streaming (OTT): Hemos vivido la caída de las suscripciones de TV por cable y el auge de los servicios streaming con series y contenido de calidad: Netflix, HBO, Movistar, Hulu, Amazon y ahora Disney en 2019. El consumidor empieza a tener la sensación que está pagando lo mismo que pagaba antes por su paquete de TV satélite con tanto servicio de suscripción. El espacio se irá concentrando, pero primero, veremos que estas plataformas empezarán a ofrecer opciones más económicas que incluyen anuncios. Esto brindará nuevas opciones de publicidad y segmentación a los anunciantes, y un poco de alivio económico a los espectadores.

Las grandes compañías seguirán exigiendo más seguridad de sus marcas: en 2017 hemos vivido la rebelión de organizaciones como Johnson & Johnson, el gobierno británico, Mondelez o Lidl en YouTube cuando han detectado que sus anuncios aparecían junto con contenidos de terroristas, antisemitas o pedófilos. También las plataformas de programática y la falta de transparencia sobre las webs que forman parte de sus redes, han resultado en iniciativas como Sleeping Giants y Sleeping Giants EU que se dedican a informar públicamente a los anunciantes que están apareciendo en Breitbart, el periódico online de extremismo racista por excelencia en Estados Unidos. Las plataformas programáticas tendrán que ofrecer más facilidades de control. Sitios masivos como YouTube y Facebook (distribuidor de “fake news” por excelencia) tendrán que apostar por una mayor intervención humana a la hora de establecer qué contenidos son dignos de ser acompañados de anuncios si no quieren que el éxodo de los anunciantes continúe.

2018 será el año de las criptomonedas: y eso conlleva unos cambios brutales. Las noticias de Bitcoin son incesantes y aparte de la sospecha, confusión y burbuja inversionista que eso crea, hay implicaciones muy grandes para el mundo digital:

- El auge de Bitcoin y la tecnología blockchain, en general, representan una creciente desconfianza del mundo moderno hacia las instituciones y procesos clásicos. Desde 2016, hemos vivido el voto de rechazo de los británicos a la Unión Europea, la ubiquidad del fake news en redes sociales y la elección de un presidente norteamericano cuyo lema es “hacer América grande” mediante la destrucción de sus instituciones y gobierno. Estamos en pleno proceso de delegar a los sistemas informáticos tareas como realizar la compra publicitaria, ayudarnos a escoger un amante o pareja (Tinder) o conducir un coche. El clima político y las políticas monetarias de los gobiernos como la expansión cuantitativa o la compra de deudas de los bancos (pero no de los individuos) hacen que, como sociedad, busquemos soluciones que operan fuera de los gobiernos oficiales, ya que cada vez confiamos menos en estas instituciones.

- La falta reciente de oportunidades jugosas en Sillicon Valley ha creado un hambre enorme para los Initial Coin Offerings (ICOs o la oferta de la venta inicial de una criptomoneda). 2018 será el año en el que veremos muchas nuevas criptomonedas en plataformas distintas—de la misma manera que hemos visto la televisión streaming dividirse en múltiples plataformas.

- Habrá que ver si las criptomonedas se quedan en un instrumento de inversión, una herramienta de pago o un sistema de incentivos para la realización de tareas básicas dentro de la plataforma. En general, se entiende que la función de herramienta de pago o “efectivo digital” es el menos práctico: no es una manera fácil de vender y comprar bienes.

-En las plataformas de programática, hay mucho intermediario, mucha inseguridad y complejidad. Irónicamente, son rasgos que erosionan la confianza, siendo precisamente esa confianza la que ha dado lugar a la popularidad de estos instrumentos basados en la tecnología blockchain.

Finalmente, habrá que ver si hay un rechazo al derroche energético gigantesco que empiezan a crear estas tecnologías. Si no hay un rechazo cultural, es posible que los mercados sí reaccionen frente a semejante malgasto: una recesión y la competición por recursos puede limitar cuánto se puede minar, ya que se estima que Bitcoin solito consumirá más electricidad que el mundo entero en 2020.