Este verano, Castilla y León ha sufrido el cuarto incendio más importante de la historia de España pero lamentablemente también sufrió otros incendios forestales de gran impacto ambiental durante los años 2005 y 2016, que afectaron a un área de cerca de 250 hectáreas, provocando una pérdida de biodiversidad y recursos naturales de gran riqueza.

La multinacional p&G contribuirá a la regeneración de cerca de 100.000 m2 de bosque en la comunidad autónoma de Castilla y León con la plantación de 10.000 árboles autóctonos. La compañía ha desarrollado una campaña específica para contribuir a esta iniciativa a través de sus marcas durante los meses de abril y mayo. Así, por cada cesta de productos de P&G comprada por sus consumidores, P&G ha apoyado la reforestación de 1 metro cuadrado de bosque.

Ahora, gracias a este proyecto conjunto con la iniciativa Reforest’Action y la firma especializada en gestión de bosques Sylva Nova, P&G contribuirá a recuperar un ecosistema dinámico y diverso con la plantación de distintas especies autóctonas, como el castaño, el roble, el aliso, el pino rodeno o el pino negro, de manera que la propia composición del bosque dificulte la propagación de incendios. Además, también se plantarán árboles frutales como el cerezo para incrementar el potencial de la biodiversidad del bosque.

En concreto, P&G colaborará con la repoblación de áreas cercanas a los municipios de Gradefes (León), Medina de Rioseco (Valladolid), Ibeas de Juarros, San Adrián de Juarros y Villafranca Montes de Oca (Burgos) y Serón de Nágima y Utrilla (Soria). Según los responsables del proyecto, estos 10.000 árboles plantados para repoblar el bosque tendrán la capacidad de almacenar 1.500 toneladas de CO2. Sin embargo, el impacto medioambiental de esta iniciativa va más allá de mitigar el impacto del cambio climático. La presencia de árboles también humedece el aire, enriquece el suelo y evita la erosión, mejorando su capacidad para filtrar agua. Esto evita la desertificación del terreno y que las precipitaciones deriven en las corrientes de agua superficial que generan corrimientos de tierra e inundaciones.

Además, los bosques de estas regiones son hábitat natural de mamíferos de especial vulnerabilidad como el lobo ibérico o el oso pardo. De hecho, el área forestal repoblada es capaz de albergar unos 30.000 refugios de animales de distintas especies. Esta iniciativa también tiene un impacto positivo en las condiciones socioeconómicas de la zona, ya que permite impulsar el desarrollo económico en el entorno rural y hacer del bosque un agente dinamizador para la actividad económica de la zona, algo de vital importancia en una provincia que sufre los efectos del abandono de los entornos rurales, especialmente en los segmentos de población más jóvenes.