Hasta no hace tanto, la tecnología, en todos sus sentidos, se consideraba territorio masculino. A los chicos nos gustaban el fútbol, los coches, y la tecnología con todos sus gadgets. Y a las chicas les gustaban, pues eso, cosas de chicas, que por de_ nición excluían las tres anteriormente mencionadas. Pero recientemente no pude evitar ver hasta qué punto habían cambiado las cosas en el nuevo milenio cuando observé que mi hija de 5 años dominaba el iPad con mucha más facilidad que mi padre, un ingeniero que estudió programación en Estados Unidos en los años Sesenta y quien ha diseñado algoritmos de alta complejidad. Y ni hablar de las horas que cada uno le dedica a su tableta.

La tecnología ya no es sólo cosa de chicos. Y esto es cada vez más evidente en varios aspectos de la vida y la economía. El mundo puntocom nació en Silicon Valley de la mano de los chicos. Luego vino la Web 2.0 con patrones similares. Pero en el nuevo milenio, las chicas están mostrando una creciente participación tanto en el consumo como en el uso y hasta en la gestión de la industria tecnológica.
En lo que se refiere a gadgets, Apple no revela cifras, pero algunos estudios indican que se venden más iPhones a mujeres que a hombres. El comercio electrónico también está dominado por mujeres, que acumulan el 60% de la facturación. Así mismo, más del 50% de las suscripciones de Facebook son de mujeres. Como lo son el 56% de tuiteros y el 70% de suscriptores de Pinterest. Las chicas también pasan más tiempo en la web, unas veinticinco horas al día, que son dos más de las que le dedicamos los chicos.

Estos son tan sólo datos de consumo. Si giramos la vista al aspecto socioeconómico, encontramos un reciente estudio del World Economic Forum que muestra que en Estados Unidos el sector de empleo con el mayor índice de crecimiento entre las mujeres es el de la ingeniería, con un escalofriante 43.143% desde 1940 a esta parte. Esto supera con creces a otros sectores como derecho, contabilidad, farmacia, o arquitectura.

Pero más allá de las cifras masivas, lo que es realmente llamativo es el poder que ejercen las chicas hoy en día en las llamadas C-Suites (CEOs, COOs, CFOs, CMOs, etcétera) de las empresas que dominan la tecnología mundial.

IBM, o Big Blue, la empresa de referencia en el mundo tecnológico, emblema digital donde los haya, está ahora en manos de una rubia que ataja su melena con una emblemática diadema. No se veían muchas diademas en los cuarteles de Armonk, pero Ginni Rometty se ganó el puesto tras orquestar e integrar la adquisición de PwC para posicionar a IBM en un nuevo modelo de negocio. Hewlett Packard, ícono pionero de Silicon Valley y escuela de Steve Jobs, está ahora en manos de Meg Whitman, otra rubia que no es nueva a este mundo. Xerox, otro pilar tecnológico, está a cargo de Ursula Burns, quien ha expandido a este gigante en el sector de servicios y mercados internacionales. Y Oracle, una de las empresas más valiosas de la industria, tiene como presidente a Safra Catz, un tiburón de las M&As que en el 2011 ha adquirido empresas por un total de 5.000 millones de dólares.

Cortar el bacalao
En los sectores más nuevos de la tecnología, Yahoo! está ahora a cargo de la mediática Marissa Mayer, una chica de 37 años, exestrella de Google. Y la misma Google cuenta con Susan Wojcicki como responsable global de producto e ingeniería, unos de los cargos de mayor poder e influencia en Silicon Valley. Hasta el mismísimo Mark Zuckerberg tiene como mano derecha a Sheryl Sandberg, una chica cuarentona que es el verdadero cerebro operativo de Facebook, la red social más grande del mundo.
Estas chicas cortan el bacalao en las empresas que dictan las reglas del juego. Más allá de su poder mediático, ellas gestionan un total de 350.000 millones de dólares en ventas anuales, nada menos que una cuarta parte del PIB de España.

A la hora de posicionar productos y servicios tecnológicos, las empresas del sector que aún quedan en manos de hombres harán bien en repensar su target. Porque lo que está claro es que la tecnología ya es cosa de chicas.