En un caluroso 1 de agosto de 1981, MTV se estrenaba en la televisión americana con el clip “Video killed the radio star (El vídeo mató a la estrella de la radio) de los Buggles, amenazando a las estaciones de radio con quitarles la audiencia y el negocio. Durante un largo período, el tiempo le dio la razón. MTV y sus VJ’s se convirtieron en el músculo de marketing que lanzaría las megas estrellas del rock y el pop.

Con la llegada del Internet, Napster, iTunes, YouTube, MySpace y la piratería de contenidos por red, MTV y muchas otras cadenas fueron las siguientes víctimas y se vieron forzadas a cambiar radicalmente sus parrillas de programación y técnicas de marketing.


Fast forward al 2013, donde Google, Facebook, Twitter, Microsoft, LinkedIn, Netflix, Apple y otras, de momento dominan gran parte de las comunicaciones y la cultura popular. Y dentro de ellas, una enormidad de servicios y apps audiovisuales que en algunos casos estas mismas empresas están comprando o lanzando: Google compra YouTube, Microsoft compra Skype, Facebook compra Instagram, Twitter lanza Vine (app de vídeos)… Vale mencionar que por primera vez este año el consumo total de medios digitales ha superado el consumo de televisión en el mundo.


Por otro lado, las pantallas están cambiando radicalmente, y no me refiero ni al LED ni al 3D. Sino a que cada vez consumimos más contenidos textuales, gráficos y de vídeo en móviles. Los smartphones y las tabletas dominan hoy este espacio, y aún veremos qué será de Google Glass y el supuesto brazalete/smartphone en el que se rumorea está trabajando Apple.


El pasado junio Facebook anunció con mucha pompa su nuevo servicio de vídeo como respuesta defensiva frente al meteórico crecimiento de Vine (Twitter), que desde su lanzamiento hace apenas unos meses suma hoy unos 20 millones de usuarios.
Ya han surgido productoras en Estados Unidos realizando programación exclusiva para móviles con programas como The mom’s view o IMO, que están registrando visionados en los millones. Por otro lado, el mega-estudio de Hollywood, DreamWorks, recientemente compró AwesomnessTV, un canal en YouTube, por 33 millones de dólares. Estos movimientos tienen una serie de implicaciones para el mundo de los medios.

Contenidos


Así como los grandes medios impresos perdieron fuerza frente a la multitud de blogueros y comentarios del público en redes sociales, lo mismo ha comenzado en el mundo del vídeo. Sólo que este medio acaba de entrar en una nueva fase de aceleración de cambio. Los próximos realities serán auténticas realidades grabadas por usuarios y amateurs.

Audiencias


La tecnología pone cada vez más contenidos al alcance del consumidor en plataformas móviles, y éste muestra una enorme disposición en adaptarse al pequeño formato. Hace ya años que vemos la migración de audiencias a las pequeñas pantallas y esto también se acelerará, aún si a día de hoy hay duplicidad en los consumos.

Medición


El consumo móvil nos permite ver con exactitud (no proyecciones estadísticas) y en tiempo real qué usuario único está viendo qué contenido, durante cuánto tiempo, en qué punto geográfico, si lo ha compartido con otros, con cuántos, y en qué redes. Las empresas de medición harán bien en reinventar sus plataformas tecnológicas.

Talento


El mundo no se acaba para los ejecutivos del vídeo y la televisión, todo lo contrario. Empresas como Facebook y Twitter desconocen el mundo en el que están entrando, como Google lo desconocía antes de comprar YouTube. Los profesionales más valientes y actualizados cotizarán muy bien en los fichajes de las empresas en ebullición.

Los móviles y las redes sociales seguramente no matarán al vídeo, pero es evidente que lo están cambiando. La promesa del TV everywhere (televisión en todos sitios) la están cumpliendo las empresas de tecnología. Los medios deben ver a sus apps y servicios digitales menos como herramientas de promoción y/o fidelización, y más como canales de distribución.