La publicidad y el marketing venden o quieren vender. Así de sencillo y así de complicado. Y a esto nos dedicamos, o nos deberíamos dedicar. Porque muchas veces lo olvidamos entre la maraña de siglas, anglicismos y conceptos abstractos que se amontonan en nuestro día a día.

El marketing y las ventas deberían ser indisociables, como dos motores de un mismo barco que, de no funcionar coordinados, harían que éste empezase a dar vueltas en círculos. Nuestro papel como agencia, como parte de uno de estos dos motores, es muy importante para que el negocio de nuestros clientes avance en la buena dirección.

Para ello, desde las agencias llevamos muchos años argumentando en torno al consumidor, es decir, a las audiencias. Detrás de las estrategias que diseñamos, de los objetivos que nos fijamos y de la creatividad que lanzamos, está siempre la audiencia. No creo que sea un error, todo lo contrario. Debemos construir nuestro argumentario basándonos en las audiencias, sí, pero... en un contexto cambiante como el actual, con un ecosistema digital en el que el futuro es muy incierto y donde el presente se convierte a las pocas horas en pasado lejano, parece una buena idea levantar la vista y mirar un poco más allá. No consiste en desplazar al consumidor del centro, sino en buscar una base tan sólida y estable como es el negocio de nuestros clientes sobre el que construir estrategias de comunicación para nuestras audiencias.

Tener siempre presente el negocio de nuestros clientes nos permite deshacernos de lo accesorio, lo que no significa, una vez más, que haya que deshacerse de lo espectacular, de la innovación o de intentar estar a la vanguardia. Consiste, más bien, en ser capaz de hacer todo esto y mucho más, pero con más razón que nunca. Radica en tener una visión clara de por qué y un objetivo común entre agencia y cliente que sea entendible para ambos y que nos permita triunfar.

Es ahí donde reside la clave, en que cliente y agencia estén entrelazados y en que haya una visión a largo plazo que posibilite seguir el rumbo marcado y llegar a buen puerto. Escuché una vez que las cosas que pasan de repente, en realidad, han estado pasando poco a poco durante mucho tiempo. Y para eso trabajamos.

Por supuesto que esta no es una fórmula infalible. No las hay. Pero es una fórmula que responde a una visión, a una apuesta estratégica a largo plazo basada en entender la relación entre agencia y cliente de una forma especial: como un uno, como un todo.

Un partner lo más integrado posible con las marcas para ayudar a que su negocio crezca y a crecer nosotros con ellas.