A la hora de comenzar a escribir sobre estas dos temáticas pensé que podría ser interesante enfrentar ambos conceptos, como en muchos casoslos enfrentan gran parte de los anunciantes.
Pero antes de seguir adelante me parece de recibo presentarme, máxime cuando por mi ocupación actual difícilmente puedo evitar un sesgo en mi opinión, que debe ser tenido en cuenta por los que me estéis leyendo. Mi nombre es Paco y soy responsable de Agent Yellow, una agencia de comunicación interactiva, especializada, cómo no, en social media, redes sociales y todas esas cosas de moda.
Una vez puestas en cuarentena mis palabras, comienzo por hacer mi particular definición de los dos conceptos a tratar. El marketing digital lo podríamos definir como las acciones de comunicación que una marca desarrolla usando medios digitales, internet, mobile, videojuegos… Mientras que el e-commerce se podría definir como la generación de operaciones de compra/venta vía internet.
Desde mi punto de vista, se trata de conceptos complementarios e independientes. En ocasiones, desde la agencia bromeamos sobre la polaridad que existe en muchos anunciantes, que hace que nos encontremos con clientes que nos piden estrategias de marketing digital que comuniquen conceptos con poca base desde un punto de vista interactivo. Estos saben que deben usar el medio para mover a su target, pero desconocen hacia dónde. Mientras que también existen anunciantes que nos piden estrategias de e-commerce con poco o nulo trabajo de marketing digital que difunta el proyecto y optimice el ROI.
Con esto no quiero decir que no se pueda hacer marketing digital sin una tienda de e-commerce o viceversa, y, por supuesto, no quiero decir que todos nuestros clientes piensen así, porque, si lo hiciesen, esto nos hubiera hecho cambiar de trabajo.
Lo que quiero señalar es que tanto el marketing digital como el e-commerce, así como cualquier forma de marketing, exigen de una coherencia y una cohesión, pero con la dificultad añadida de que al generar lazos de unión bidireccionales y directos con los consumidores son mucho más sensibles a las reacciones del target, tanto en lo positivo como en lo negativo.
Al usuario no le preocupa que le impacten en una web o en una red social y lo lleven a un evento en la calle, o que a través de un spot lo dirijan a una tienda de comercio electrónico. Al usuario le importa que le aporten valor y que en el momento, lugar y forma adecuada, la marca lo atraiga, le inspire interés, deseo y le impulse a la acción. Vamos, como el marketing de toda la vida, pero con las ventajas e inconvenientes de que si satisfacemos o defraudamos al consumidor, éste tiene herramientas para transmitirlo a su entorno.
Refugio
Ventajas e inconvenientes que hacen que muchas marcas opten por renunciar a estas nuevas reglas de juego y se refugien en los medios convencionales, como si el consumidor necesitara que una marca haga marketing digital para comunicar de forma digital a su entorno que la marca lo hace feliz o infeliz.
Conclusión, si mi marca va a estar sí o sí en el dialogo digital, más vale que lidere la conversación y, a poder ser, que aprenda de la misma. Si voy a poner una tienda en internet o en una calle, mas me vale que pase gente por la puerta y, por último, si voy a pedir a los usuarios que interactúen con mi marca, si es comprando mis productos, mejor que mejor.
Paco Campos
Director de Agent Yellow