Uno de los éxitos televisivos del verano ha sido Cámbiame, de Telecinco. Un programa de bajo presupuesto, pero tan sorprendente y emocionante como la vida misma. Un programa que habla de comunicación no verbal, un programa que demuestra que la materia afortunadamente es como el medio, puro mensaje, pura transformación. Positiva, casi siempre.

En febrero de 2010, Karen Mallia, una experta redactora y directora creativa, enseñaba estrategia, redacción publicitaria y campañas en la Universidad de Carolina del Sur. Anteriormente había dado clases de Publicidad a los alumnos del City College y en el Fashion Institute of Tecnology/State University de New York.

Durante dos décadas, Karen desarrolló su carrera profesional en la Gran Manzana en agencias como Ogilvy, Scali McCabe Sloves, TBWA y un montón de boutiques creativas. Desconozco qué motivos personales o profesionales la llevaron a Carolina, pero como este oficio es el mismo lo practiques donde lo practiques, es fácil dejar volar la imaginación y acertar.

Como muchos colegas maduros, es de agradecer que en esta nueva etapa compartiera su conocimiento no solo en las aulas o a demanda, sino que también lo hiciera en las redes sociales, gracias a las cuales todas aprendemos más de nosotras mismas.

En el post que hoy me ocupa nuestra par americana grita al viento que la revolución digital ha conseguido lo que elfeminismo no pudo, haciendo de los departamentos creativos de las agencias un lugar donde la diversidad es ya un hecho. En esa época, mientras todo quisque estaba ya tuiteando o visionando virales, pocos se percataron de que detrás de cada conversación estaba la mano de una de las nuestras.

La complejidad del trabajo digital ha hecho necesario que además de la consagrada pareja que solía liderar al equipo creativo, haya una amplia plantilla de adaptadores de la idea que además fomenten el trabajo colaborativo. Hasta hace una década, los equipos creativos de las agencias estaban organizados para competir. Las ideas no se compartían a la ligera ya que tener buenas ideas daba premios, que era lo que te daba visibilidad en la agencia y en la industria. Pero lasmujeres hablan otro idioma

Campo de batalla

Mientras que a muchos chicos les gustaba competir y ganar, a las working-girls no tanto. A muchas damas no les interesaba el campo de batalla, si por estar siempre allí tenían que renuncia r a otras metas personales, fueran anclas culturales o reclamos de la biología. Esa cocina en la que ni mi amiga americana ni tantas otras madwomen se sintieron cómodas o llamadas ha cambiado. Por suerte, la cocina digital es más un self service abierto todo el día, que hace más fácil conciliar trabajo y familia gracias al teletrabajo y a la necesidad de llenar la nevera continuamente.

Lo que en el post añejo de Karen era una predicción hoy es ya un hecho consumado. Las nuevas celebridades de la publicidad son mamás blogueras además de escritoras de bestsellers, sin dejar de ser creativas de éxito. Feliz otoño, amig@s .

 

Debatamos. Te espero en Twitter. Soy @diferenciologa.