Reconozcámoslo. A menudo, como profesionales, muchos nos enfrentamos a situaciones que hacen evidente una carencia de visión estratégica, una deficiente gestión de recursos, una sorprendente debilidad de los equipos humanos, una precariedad insostenible en los procesos, una insólita incapacidad de asumir riesgos….en otras palabras, lo que acostumbro a denominar “la exaltación de la mediocridad” como fórmula absurda de mantener a las organizaciones dentro de la famosa “zona de confort”. Una zona que, estaréis de acuerdo conmigo, es absolutamente ficticia ya. Porque en la acelerada dinámica actual de los mercados y de la sociedad en general, la solidez y consistencia de esa área de tranquilidad es cuanto menos inexistente.

Afrontémoslo. Es el momento de entonar el “mea culpa” . ¿Qué hacemos nosotros para solucionarlo?. Nos esforzamos por seguir la ola aunque nuestra tabla se empeñe en describir la diferente trayectoria del sentido común.  Aprendemos a hacer malabarismos, a sabiendas de que lo que hace nuestra mano derecha esta en clara discrepancia de lo que piensa la izquierda. Todo por el bien del mantenimiento de un sistema que creemos es inamovible porque, “esto es lo que hay”.

Reflexionemos, ¿no ha llegado ya el momento de dejar de quejarnos y ponernos en marcha?. Los modelos tradicionales, por maduros, estáticos y conservadores, dejan ya de ser válidos y pretender que nos sigan arropando no es la solución de la ecuación. Dejemos de quejarnos de que las organizaciones descartan la experiencia, ven el talento como una amenaza más que como un recurso imprescindible para su supervivencia, buscan únicamente el coste mínimo y pongámonos en marcha. Si el talento no se motiva ni se promueve desde las organizaciones “tradicionales”, movámoslo nosotros.  Y apoyémonos.

Definitivamente es el momento de emprender, de establecer nuevos parámetros, fórmulas de trabajo, de diseñar un nuevo paradigma donde se comparta y se promueva la experiencia, el talento, la creatividad, la innovación.  Es el momento de dejar de quejarnos, de reflexionar, reconocer y afrontar que los tiempos, definitivamente, han cambiado.

Cristina Elson, consultora y profesora asociada del IE