Todavía hay consumidores que consideran que la publicidad no les aporta nada y no ven el motivo para prestarles su apreciada atención. ¿Dónde reside la clave para conseguir que cambien esa actitud?

Hay que reaprender a narrar la Publicidad. Nos hemos centrado mucho estos años en Comunicación, quizá olvidando que la Publicidad tiene una función Comercial, Informativa, de Persuasión. Es Publicidad porque busca anunciar y dar a conocer al público una marca, un producto o servicio en una forma de comunicación pagada y comercialmente orientada. 

 

Sin dejar de lado su fin comercial, también tiene que llegar al corazón del consumidor, haciéndoles sentir una emoción positiva. Me encanta esta palabra, emoción, que, originaria del latín emotio/emovere, significa ‘hacer mover’; es decir, sacar a la persona de su estado habitual. Y es que, como bien expresó la artista y defensora de los derechos civiles Maya Angelou, “la gente olvidará lo que dijiste o lo que hiciste, pero nunca olvidará cómo la hiciste sentir”. 

 

Para ello la marca tiene que partir desde la humanidad y la humildad, desde la transparencia y la honestidad. Debe tratar a las personas como personas  individuales, no como una audiencia sin forma. Debe estar junto a ellas, presente en sus vidas con contenidos y acciones que les emocionen y les hagan partícipes de la marca. Porque en definitiva son las emociones las que guían los pensamientos y los que ‘mueven’ nuestras decisiones, incluidas las de compra.

 

La piedra angular que permite a la marca ser valiosa para las personas es el conocimiento. Algo que hoy en día nos proporciona el Data. Los datos más relevantes nos descubrirán aquello que les gusta especialmente y aquello que les disgusta, los momentos en que están más positivamente receptivas, incluso los dispositivos conectados con los que se sienten más cómodas.

 

A partir de ese conocimiento ‘multidimensional’ aplicado a la publicidad, la marca podrá aportar su máximo valor a las personas ofreciendo lo que de antemano sabe que necesitan en el momento más adecuado, invitándoles a sentir una emoción y una experiencia positiva, hablándoles al corazón.

 

Por Carmen Novo, CEO de Maxus Spain