Es verdad que estamos inmersos en una enorme crisis mundial, y que nuestro país está especialmente afectado. El paro, la falta de liquidez, la caída de las bolsas, las hipotecas de nuestros jóvenes y, sobre todo, la falta de confianza. Falta de confianza de los consumidores, de los empresarios, en fin, de todo el sistema productivo. La clave está en motivar y desarrollar de nuevo el consumo, y a eso sí podemos contribuir nosotros, sabemos cómo hacerlo, a eso nos dedicamos, entre otras cosas.

En este contexto de crisis mundial crece la importancia de la creatividad y la innovación, esto es lo único que nos ayudará a salir de esta situación no deseada. Este momento es una gran oportunidad para aquellos líderes empresariales que saben como gestionar un valor único y escaso como es el talento. El talento marca la diferencia entre el éxito o el fracaso de una empresa. Es verdad que en situaciones de crisis hay que tener un exhaustivo control de costes, y que en el caso de nuestro sector el coste del staff es parte esencial de nuestro coste total. Habrá que controlarlos, incluso reducirlos, pero ojo, es en estos momentos donde en mi opinión también debemos incorporar activos que ofrezcan ventajas competitivas y sin duda alguna, el talento y la innovación son las más valiosas herramientas de futuro. La crisis actual nos indica que el modelo social que vivimos ya no es sostenible, hemos confundido el talento con la productividad. Especialmente en nuestro país, no hemos invertido suficiente en talento, en formación. Si en estos años anteriores de bonanza hubiéramos generado, como país, emprendedores, pagado a investigadores, conectado a las empresas con las universidades, gestionado recursos humanos como una inversión y no como un coste, no tendríamos tanto paro. ¿Qué me dicen de despedir a nuestros mejores talentos con 40/45 años por estricto interés de costes? Se ha hecho y se sigue haciendo en este país y ¿a dónde nos lleva esta gestión de recursos humanos? Ahora bien, el progreso ya no es una mera cuestión de conocimiento, gracias a internet disponemos de todos los datos, pero hace falta el talento para usarlos, para tratar la información y convertirla en diferencia. El talento es un bien escaso que en ocasiones se desperdicia, la crisis llena de apatía a muchas empresas, pero hay que convertirla en acicate. La crisis puede ser una oportunidad de redescubrir y potenciar el talento, pero también puede ser un obstáculo. La creatividad encuentra obstáculos al desarrollarse en la angustia de la crisis. Puede establecerse un círculo vicioso, las compañías no sacan lo que pueden de los profesionales y éstos no encuentran ámbitos para motivarse y desarrollar sus cualidades. Hace falta un liderazgo fuerte y preparado para trasladar los mensajes adecuados en la empresa. La crisis puede ser el enemigo común que una a todos, los enemigos comunes sirven para unir y progresar y la crisis puede ejercer este efecto. Pero, cuidado, ante la crisis también es fácil meter la pata, en lugar de templar sobre el talento, a veces te empuja a correr, nos volvemos todos histéricos, actuamos de forma impulsiva. La crisis cultiva la impaciencia, los nervios, hasta el extremo que puede bloquear ese talento. En situaciones complicadas como las actuales hay que evitar complicaciones por egos estúpidos, no es el momento. La actual situación desata los nervios, no hay que meter en la empresa ni un gramo de complicación por estupidez personal. Además de una crisis de recursos naturales, como el petróleo, estamos viviendo una crisis de recursos humanos, hay que pensar diferente si queremos aprovechar estos recursos. Haciendo lo mismo obtendremos los mismos resultados, hay que pensar diferente si queremos conseguir otros resultados. Es importante destacar el colaboracionismo y desterrar la ambición por destacar a toda costa. Pero cómo hacer para aunar la juventud de los equipos que a veces impone la crisis (ahorro de costes), con la necesaria experiencia que necesitan nuestros clientes. En estos momentos más que nunca se requiere de colaboración, es el momento de coherencia para la empresa, es el momento de las mezclas sabias entre los jóvenes que no han vivido ninguna situación crítica con los veteranos que les guían con su experiencia. Es verdad que la inversión es fundamental para generar y mantener el talento y que la crisis no ayuda. Es difícil estar en crisis e invertir, pero si no inviertes no eres atractivo para tus clientes, y recuerda, con o sin crisis el talento se cotiza. Ventanas En el momento actual, hay que buscar nuevas recetas si queremos convertir una ventana de crisis en una ventana de oportunidad. Hay que pensar que si otros se retiran de la pelea, dejan de invertir, y tú lo haces, tus mensajes sobresaldrán más rápidamente, es momento de liderar con temple pero con valentía. De hacer las cosas de forma diferente para obtener resultados diferentes. Necesitamos nuevas fórmulas de convivencia en nuestras empresas, nueva gestión de nuestros egos, de nuestros recursos, de nuestros tiempos. Gestionar mejor nuestra productividad, no son tiempos donde a pesar de la no gestión productiva se puede alcanzar beneficios. Pero sobre todo, son tiempos de reconocer más que nunca el talento, la innovación, es lo único que nos puede poner en el buen camino. Un consejo: si no amas el talento, si no sabes reconocerlo, no es tu momento. “Coge tus ideas y hazlas grandes. Llévalas hasta donde nunca soñaste que podrías llevarlas. Haz tus ideas cautivadoras, excitantes, apasiónate por ellas. Haz que tu cerebro vaya más allá. Empuja los límites. Empuja a tus colaboradores. Empuja a tus clientes”.