Leo, y no en un blog, sino en la edición on line de TWSJ, que Google se enfrenta a un reto muy serio: sustituir a su vendedor número uno, Tim Armstrong, que ha sido tentado por AOL. La publicación no especula totalmente, sino que cita voces autorizadas del sector que aluden a lo difícil que será para Google encontrar sustituto para un vendedor “capaz de establecer fuertes lazos con los anunciantes más poderosos”. Es decir, en el mundo de lo digital, de la medición y el pago por resultados, la marca más valiosa del mundo puede ver sus beneficios comprometidos en algunas áreas de negocio (YouTube, campañas gráficas, intermediación publicitaria) por el simple fichaje de su jefe de ventas.
Naturalmente sólo cabe hacerse una reflexión: los buenos vendedores seguirán siendo importantes pase lo que pase. Armstrong es, según la publicación un “veterano de Google de 38 años”, lo cual, aparte de deprimirme, también me lleva a deducir que los grandes vendedores tienen en común con los publicitarios una vida profesional breve en la cresta de la ola.Una de las mayores dificultades de las organizaciones empresariales ha sido en los últimos años la de hacer que marketing y ventas, estrategia y táctica, o si se prefiere, argumentos y relaciones humanas, convivan de manera fructífera. Sabemos que no siempre se ha conseguido. En los tiempos que corren, la situación no pinta bien para marketing y probablemente veamos cómo se acelera aún más la escalada en los organigramas de los de ventas en detrimento de los de marketing. No sé si eso es bueno o malo. Me imagino que depende de cada sector, de cada empresa y de los equipos que circunstancialmente formen cada uno de esos departamentos. Pero de lo que estoy muy seguro es de que tanto los buenos profesionales del marketing como los buenos vendedores tienen ahora una oportunidad para descollar de entre los mediocres. Para lograrlo, si yo fuera un buen vendedor, me llevaría muy bien con marketing. Y si fuera un buen profesional del marketing, procuraría poner de mi lado a los vendedores. Un reto para el gestor de ambos del que puede depender parar muchas organizaciones la superación de la crisis. David Torrejón, Director editorial de Publicaciones Profesionales