Lo sospechaba pero ya tengo una prueba empírica de que es así: a la gente le interesan mucho más los fracasos que los éxitos. La semana pasada una noticia que hablaba de tres promociones fallidas de tres grandes marcas batió el record de tráfico en un día en nuestro Marketing News. Y siguió dando tráfico varios días más.
De esta constatación saco dos consecuencias: como periodistas debemos esforzarnos mucho más en encontrar grandes desastres del marketing mundial y, dos, si me dedicase a organizar seminarios o eventos, intentaría por todos los medios localizar los casos más delirantes de la publicidad y el marketing para volver a tener de nuevo las sillas ocupadas. Y ¿qué decir de premios y festivales? El Libro de los Ineficacia estoy seguro de que sería un súper ventas. Y tomando prestado el título a unos ecologistas que ya se me han adelantado, El Sol pasaría a ser El Sombra y a celebrarse en Foz (A Costa da Sombra según un amigo conocedor). Por cierto, me permito copiarles el nombre porque ellos a su vez han copiado el concepto, el de los famosos Premios Melón (si no los recuerda, es usted muy joven: pregunte a un veterano). Y ahora, sólo un poco más en serio: siempre se ha dicho que se aprende más de los fracasos que de los éxitos. Entonces, habría que poner en duda los deseos de enseñar que tienen los festivales e instituciones académicas, siempre centradas en contarnos los éxitos. Por lo menos deberían tener todos ellos un Rincón del Fracasado. Pero no me refiero a esos fracasos de boquilla, como a veces se hace (“nos equivocamos, pero encontramos la forma de sacarle partido y lo convertimos en un éxito, bla bla…”), no. Fracasos de verdad, sin vuelta de hoja, auténticas meteduras hasta el corvejón, cagadas de libro, con perdón, estropicios monumentales en la cuenta de resultados procedentes de marketing. Naturalmente no habría candidatos (o sí, hay gente capaz de todo con tal de salir), pero siempre puede el caso ser contado por un voluntario en tercera persona. Y yo pondría ese Rincón del Fracaso no en situación de telonero, sino cerrando programa. Yo creo que es una estrategia vencedora para tiempos de crisis: al éxito a través del fracaso.David Torrejón, director editorial de Publicaciones Profesionales