Es verdad que este ha sido un año intenso y, quien más quien menos, todos necesitamos ya unos días de vacaciones. Unos se irán a la playa a disfrutar de la arena dorada, del sol anaranjado al atardecer y del bronceado propio y ajeno. Otros preferimos los verdes del campo y la montaña, y los más aventureros la combinación de colores de un destino exótico… Efectivamente, todos tenemos preferencias visuales igual que las tenemos con los olores, los sabores o con la música que nos hace sentir bien.
Cuando accedes por primera vez a una web, mucho antes de interactuar con ella, dispones de un lapso mínimo de tiempo que es decisivo: o conectas en ese segundo con el usuario o le pierdes. Parte de la implicación emocional que consigas dependerá de su primera reacción incluso antes de que llegue a interactuar con la página. El usuario razona inconscientemente esto es para mí o no (quizá verbalizado sería: “mola” o “¿esto qué es?”) A veces hacemos un esfuerzo enorme por concretar perfectamente los flujos de información, definimos unos wireframes precisos, hacemos incluso test de usuarios y a la hora de cerrar el diseño damos menos importancia a detalles como el color, que parece que puede cambiarse aleatoriamente sin que el producto final sufra un deterioro. En realidad el color añade una parte muy importante de significado al mismo. En esta línea contamos con muchas herramientas, como es el caso de la web www.webdesifnbooth.com (the ultimate list of online color tools for web developers) que nos permiten trabajar con el color generando esquemas, combinaciones, paletas… aunque es verdad que en la práctica no siempre lo aplicamos de la forma más adecuada. Y es que en este tema no todo es cuestión de gustos… En ocasiones manejamos el color de una forma inconsciente, sometidos a una serie de normas regidas por códigos visuales. Cuando interactuamos con una web nos encontramos que el color es menos inteligible y más emocional que la línea (la distribución en la página). Es por esta razón por la que propongo desde este momento liberarnos de las justificaciones y dejar la hermenéutica dando paso a una erótica del diseño como decía Susan Sontag (refiriéndose a la pintura) de la parte emocional. Considero, de todas formas, que para poner en marcha este proceso nos puede ayudar hacer antes un repaso de dónde venimos y qué cosas llevamos en la maleta. Nuestra tradición pictórica es muy extensa y muy rica: ¿por qué no aprovechar el conocimiento de los que llegaron antes que nosotros? Si comparamos el tratamiento de luz y color que da Sorolla a sus murales de pescadores catalanes y andaluces entendemos que transmiten cosas muy diferentes a pesar de que ambos muestran escenas de trabajo cotidianas.RojoTengo la sensación de estar de vuelta en la facultad hablando del significado de los colores pero la verdad es que no podría imaginarme el logo de Red Bull en otro color que no sea rojo posicionándose como una bebida energética que “revitaliza cuerpo y mente” (incluso si se llamase de otra manera). O haciendo el ejercicio a la inversa, no consigo imaginar el logo de McDonald’s en verde. En lugar de usar el amarillo que es un color radiante que transmite alegría se convertiría en una marca pausada que quiere ligarse a lo ecológico, dejando de ser McDonald’s. En conclusión, es importante no perder la perspectiva cuando estamos definiendo el diseño con el que van a interactuar nuestros usuarios. Cada uno de ellos tendrá un gusto diferente y una preferencia a la hora de elegir su lugar de vacaciones, de vestirse por la mañana o al escoger el sabor de un helado; todas esas decisiones tienen una implicación visual que vendrá marcada por sus propias experiencias anteriores. Por eso a la hora de diseñar se escogen los colores conforme a una intención y no por gustos personales, y se hace con mucho cuidado porque de esta manera te aseguras que el mensaje que quieres comunicar llegue de forma adecuada al mayor número de personas posible. Raquel Rivera es directora creativa de Nurunraquelrivera@anuncios.com