Llevan años avisándonos: los hábitos de millones de ciudadanos están cambiando y, por lo tanto, la manera de llegar a ellos deberá cambiar. Hay quien creyó que las cosas iban a cambiar de un día a otro y que El Corte Inglés y todo lo que oliera a piedra y poco a ordenador quebraría. Lógicamente ellos quebraron antes y sus negocios desaparecieron. Con su desaparición llegó el crash de inicios de este siglo. (véase, por ejemplo el caso de equality en España). Otros acertaron y han acertado de pleno. El caso paradigmático es Google, la primera empresa de publicidad del mundo.

Otros acertaron porque atrajeron a audiencia e inversores pero no fueron capaces de atraer al dinero real, al que se produce por el intercambio de bienes y servicios. Están ahora viendo cómo se consigue hacer dinero con sus activos (le dicen monetizar) a través de la publicidad. Entre ellos están redes sociales, You tube, flickr, etc… Esta nueva era tiene que cerrar el círculo en algún momento. La situación es paradójica: los anunciantes siguen en la tele (que cada vez es menos consumida por los que más consumen), la audiencia está, en cambio, viendo vídeos en Internet de gente que es capaz de producir contenidos que van viajando por el espacio de ordenador en ordenador. O viendo vídeos en la página web de rtve.es o de antena3…¡sin publicidad! o con un mísero spot que encima se puede saltar (ahora le dicen skipear). Algún anunciante se ha dado cuenta de eso y ha instalado una productora en su casa. Empieza generando contenidos y asociándose con productores de contenidos. Coste tendente a cero. Los de You tube se han percatado del asunto y lanzan un modelo (creo que equivocado) donde el anunciante pierde control y el creador del contenido no tiene relación emocional con el anunciante. Matías Prats, Ana Blanco y el Gran Hermano hay muchos jóvenes y no tan jóvenes (John Lynn recuerda en el Ágora de la Comunicación que …) que no saben quiénes son o al menos no les dice nada. Hay nuevos Matías Prats, Ana Blanco y Gran Hermanos creados por gente en sus casas. A los Moranco, a los Faemino y Cansado se les ve por Internet.., como a Muchachada Nui que piden que se les vea por la tele porque por Internet no pillan cacho.. Quien sea capaz de cuidar a los nuevos productores como se cuida a El País, la SER o Telecinco habrá conseguido un gran avance y facilitará la relación entre anunciantes y este ingente talento que está escondido detrás de miles de ordenadores fabricando audiencia a diario. En ese camino se encuentra una empresa española, Prusland (www.prusland.com) fundada por dos no publicitarios (uno financiero y otro de contenidos. Cuarentones los dos, pero con el espíritu de dos jóvenes entrepeneurs). Ojo al dato (como diría el ínclito José María García – ¡como hemos aprendido a adjetivizar gracias a él!). Lo mejor de la nueva publicidad está por llegar. Y no es el banner.