En la esquina contigua a nuestra sede han puesto una oficina de empleo. Todos los días, la cola de desempleados debe romperse para que mi coche, cuando lo llevo, y yo, podamos pasar al garaje.

Realmente es como una inyección de realidad antes de empezar el día. Luego me sumerjo en la lectura de newsletters de toda laya, incluidos los que hablan de tecnología y, poco a poco, voy alejándome de ella. Podría titular esta columna de dos maneras, el año de recuperar el empleo, o el año de Google contra Apple. Y no he sido capaz de decidirme. Puede pensarse que ambas cosas no tienen nada que ver, pero si nos ponemos profundos, quizás sean el reflejo extremo de las contradicciones de nuestra sociedad actual.

Mientras casi cuatro millones de españoles sueñan con tener un empleo, otros cuantos millones, hasta algún punto duplicados con los anteriores, sueñan con el inminente nuevo tablet de la manzanita o con sacar de su bolsillo el flamante móvil con el que Google quiere machacar al iPhone, cargado todo él de aplicaciones que permiten saber qué estrella estoy mirando, por dónde llego al pub Guinness más cercano o dónde encuentro el televisor con pantalla de led´s más barato.

Conforme nuestras necesidades se van sofisticando y nos alejamos de la base de la pirámide de Maslow, nos resulta más chocante asumir que nuestra sociedad contiene y genera individuos que viven pendientes de cubrir sus primeras necesidades, preocupados como estamos de lo poco que nos metemos en nuestro perfil de Facebook. No quiero hacer demagogia: sabemos que en la medida en que cambiemos de coche o de móvil estaremos haciendo más corta la cola de la oficina de empleo, pero eso no quita para que las aparentes contradicciones nos provoquen una cierta perplejidad.

En cualquier caso, durante 2010 vamos convivir con esa dualidad representada por los extremos de la famosa pirámide, lo cual va a hacer, otro año más, muy complicada la vida de los creativos y planificadores estratégicos.

David Torrejón, director editorial de Publicaciones Profesionales