Desafiar los convencionalismos, romper con los modelos aceptados y considerados por la mayoría como lo indiscutible. Desafiar nuestras propias capacidades obligándonos a tener un pensamiento nuevo, realmente rompedor. Desafiar a los clientes con una idea fuera de sus esquemas. Eso es ser creativo.

El 8 de febrero del 2008, la marca Polaroid anunció el cese de la fabricación de películas para sus míticas cámaras que ya se habían dejado de fabricar un año antes. Todo apuntaba a la tecnología digital para tomar las imágenes así como en su tratamiento posterior. La fotografía abarataba sus costes pero también perdía el componente perfeccionista de cuidar cada detalle antes de disparar. La situación era muy clara y no dejaba lugar a otro pensamiento, el negocio se agotaba.

Ante este panorama, lo mejor que podía hacer Polaroid era retirar la película y con ello terminar con un producto irremediablemente obsoleto y anacrónico. Se celebró un evento de despedida en el que Florian Kaps, que gestionaba la mayor base de datos de fotografías de Polaroid (polanoid.com), acordó con algunos directivos de André Bosman y un grupo de empleados crear The Impossible Project, que reeditará la película para que todos los aficionados puedan seguir utilizando estas cámaras.

Donde unos veían un negocio agotado, otros vieron una oportunidad. Surgió toda una corriente para rescatarla de su desaparición, savepolaroid.com, reforzando el mito de esta máquina e incentivando la compraventa de cámaras antiguas y películas en Ebay y otros medios. Aparecieron aplicaciones de iPhone, grupos en Linkedin y toda una corriente de usuarios demandando la vigencia del producto.

Desde el lunes pasado, todos los aficionados pueden comprar de nuevo película para su cámara Polaroid, esta vez desde este www.the-impossible-project.com. La inspiración para este nuevo proyecto viene de una frase de Edwin H. Land, inventor de la Polaroid: “Don't do anything that someone else can do. Don't undertake a project unless it is manifestly important and nearly impossible.” (“No hagas algo que cualquier otro pueda hacer. No acometas un proyecto a menos que sea manifiestamente importante y casi imposible”). El éxito no se limita a no dejar morir el producto, sino a la buena gestión que está haciendo en los medios sociales.

Azulado oscuro

En los últimos meses la única forma de adquirir película era comprándola caducada (varían los colores pero funciona igualmente y tiene un toque artístico bastante valorado). El caso es que un usuario recibió la película que había comprado a The Impossible Project, quien hasta el momento distribuía el stock de Polaroid que todavía quedaba. Cuando recibió el material una semana después de haberla comprado cargó el primer carrete, preparó la escena e hizo su primer disparo. Todo un ritual al que ya sólo los profesionales están acostumbrados. Pasados los 60 segundos de revelado sólo aparecía un color azulado oscuro con algunas manchas blancas. Repitió la operación con el mismo resultado, cambió el carrete y no consiguió grandes mejoras. Bastante decepcionado con el resultado de sus imágenes, las subió a su cuenta de Flickr compartiendo su frustración tras la experiencia.

En poco más de cinco minutos había recibido un comentario en su álbum de una responsable de The Impossible Project ofreciéndole nueva película sin coste alguno por los inconvenientes. Consiguiendo minimizar las sensaciones negativas que estaba sintiendo este usuario y transformándolas en algo positivo. Saber ver desde un ángulo diferente, entender que un producto retro como este debe moverse en los medios como si de la última innovación tecnológica se tratara, es un punto de vista creativo.

Ser creativo es lo que diferencia la buena comunicación de la mediocre, pero también es lo que diferencia las grandes marcas del resto. Y el esfuerzo creativo puede marcar la diferencia entre el éxito de un producto o su fracaso. El esfuerzo creativo no empieza cuando nos pasan un briefing, debe estar en el corazón del producto, en la definición del servicio. La creatividad viene siempre acompañada de grandes dosis de energía, ilusión y reto; no se muy bien por qué, pero es así. Y lo esencial de la creatividad es no tener miedo a fracasar.