No voy a hablar de la crisis y sus daños colaterales ni del cambio climático ni del cambio de paradigmas. Quiero hacer una reflexión sobre qué es necesario para liderar el cambio que estamos viviendo y cómo aprovechar la oportunidad que nos brinda.

Sé que es una reflexión ambiciosa y posiblemente desconcierte que venga de una creativa, pero… ¿por qué no? Lo cierto es que como creativa estoy acostumbrada a vivir en un cambio continuo (y no intento hacer un chiste fácil con el día a día de la agencia). La creatividad nos lleva a ponernos constantemente en la piel de otro, a imaginar situaciones que no hemos vivido o que nos son ajenas. Nuestra capacidad de soñar e inventar nos ayuda a anticiparnos, nos hace más intuitivos y nos entrena para ello. Creo por tanto que la creatividad es una condición fundamental para poder liderar el cambio. Así ha sido siempre: la Edad de Piedra no terminó porque nos quedáramos sin piedras sino porque alguien inventó algo mejor.


Cuando hablo de creatividad no me refiero a comunicación creativa sino a un compromiso con el progreso y con la innovación. Un compromiso con las personas y con la sociedad. No podemos liderar el cambio si no damos un giro profundo a los planteamientos básicos. ¿Qué puede llegar a cambiar si incorporamos nuevas personas con los mismos perfiles a los diferentes equipos existentes? ¿Por qué las agencias se reorganizan sin conseguir romper sus propias limitaciones?¿Por qué no se incorporan perfiles específicos que definan la estrategia creativa en los equipos de clientes? ¿Por qué no aceptamos la libre circulación del talento y apoyamos propuestas de co-working o crowdsourcing? Sencillamente nos cuesta aceptar los cambios porque nos sacan de nuestro área de confort.


¿No deberíamos ser proactivos en un momento como este? La dinámica de esperar a recibir un problema para resolverlo es absolutamente reactiva. El modelo de briefing de cliente/respuesta de agencia quizá no sea el mejor esquema posible en este momento. La colaboración estrecha, conseguir una visión de futuro compartida y la diversidad y complementariedad de roles enriquecerá el producto final y ofrecerá mejores resultados. ¿Por qué no inventamos nuevas formas de colaboración?
Desgraciadamente para los más perezosos, no estamos en un momento en el que esperar a que algo suceda sea una opción válida. Si no te mueves activamente, si no lideras el cambio, estás fuera de él. Y no me refiero a la necesidad de trabajar duro, sino a la urgencia de trabajar duro y de forma diferente. A mi me parece emocionante, un reto y como los cambios me apasionan, reconozco que estoy feliz.


Las pintas

Creo que ha llegado el momento de cambiar la percepción que otros tienen de nosotros los creativos. ¿De verdad queremos seguir pareciendo improductivos y eternos adolescentes?. Seguro que muchas veces habéis escuchado comentarios del tipo “si es que se os nota que sois creativos, por las pintas, porque llegáis a las tantas a currar, porque vais a vuestra bola…”. Nunca me he encontrado en una conversación en la que se hable de los creativos haciendo referencia a su capacidad de compromiso. ¿Por qué se da por hecho que nuestro trabajo es como ir de copas? Disfrutamos mucho de nuestro cometido (a veces). También sabemos disfrutar de muchas cosas grandes y pequeñas que nos enriquecen (cuando nos queda tiempo).

En el camino aprendemos de todos los buenos profesionales que nos rodean (aunque algunos se empeñen en disimularlo), pero ¿por qué nos empecinamos en demostrar que nuestro trabajo no conlleva un esfuerzo?, ¿qué ganamos con ello? Lo cierto es que implica muchas horas de dedicación y entusiasmo que nos hacen alcanzar un dominio del mismo y mucha resistencia al desgaste o, lo que es lo mismo, una gran capacidad de compromiso con nosotros mismos y con nuestra labor.
Liderar el cambio implica arriesgar, observar atentamente y tomar decisiones con el estómago. No tener miedo a cometer errores y estar dispuesto a aprender de ellos.