Ha habido algunos escarceos previos en los últimos meses, pero ahora empieza la pelea. O2 (Telefónica), empieza poner límites “razonables” (según au propia terminología) a las tarifas planas de datos, al menos en UK. Si nos atenemos a las declaraciones de los máximos responsables de Vodafone, no sería nada raro que la británica fuese detrás. Y, atención, si alguien piensa que comete un error al adelantarse, se equivoca. O eso creo.

En contra de lo que ocurriría en otro tipo de productos en los que la competencia podría abrir sus brazos amantísimos a los usuarios ofendidos, lo normal es que en este caso concreto no ocurra. ¿Quién desea abrirles sus puertas a los grandes descargadores del país para que revienten su infraestructura? Nadie en su sano juicio. En realidad, este grupo de clientes, no superior al 10% en UK, son auténticos centros de pérdidas que se alimentan parasitariamente de los beneficios de los clientes normales. Así que va a ser difícil que encuentren acomodo en otro lugar.


Y no es ajeno al hecho de que todo esto ocurra con premura y justo ahora, el que todo esté preparándose para que el mundo de los servicios de televisión a la carta por internet despegue definitivamente. Lo avisábamos en el editorial de la semana pasada y, al tiempo que lo escribíamos, O2 nos daba la razón. Las operadoras han decidido que más vale darse prisa en subir sus barreras antes de que el negocio, legal en ese caso, de la televisión IP, se desmadre y consuma en poco tiempo sus infraestructuras. Dicho de otro modo, las operadoras, que tantas ganas le tienen a Google, están ante su gran oportunidad de decirle: aquí te esperamos. Ninguno de los proyectos citados podrá prosperar si las operadoras no incrementan su infraestructura y nadie les obliga a ello. Por lo tanto, aquí, señores, va a haber tortas. Por ahora no salpican directamente a la industria de la publicidad así que, por una vez, siéntense y disfruten del espectáculo.

David Torrejón es director editorial de Publicaciones Profesionales