Parece que corren tiempos de privatizaciones, las pensiones se nos escapan de entre las manos y empiezan a sonar tambores de guerra en nuestro querido estado de bienestar. ¿Cuál es el rol de la empresa en todo esto? Aparte de culpable, siempre es culpable y en primer grado si es multinacional, y con alevosía si esta multinacional es americana … ¿está prepara la dichosa responsabilidad social corporativa para esto?

Desde hace cuatro años llevo metido en esto de la RSC y, sinceramente, tengo mis dudas sobre la manera en que la empresa está abordando este tema. Veo mucho plan director o lo que es lo mismo, mucha consultora sacando los cuartos; veo mucho diálogo con grupos de interés o lo que es lo mismo. mucha relación con OMGs y medios de comunicación y, por supuesto, veo mucha campaña green power que no entro a valorar si es washing o centrifugada porque no tengo el conocimiento para opinar sobre ello.


Pero lo que no veo es que nosotros, los ciudadanos, hayamos entendido exactamente de lo que nos están hablando. Lamentablemente, la percepción está muy cerca de la imagen y parece que muy alejada de la identidad o esencia de las cosas. Una pena, vamos.


Resulta muy divertido ver cómo los departamentos de RSC en muchos casos huyen y despotrican de los departamentos de marketing porque piensan que estos pueden provocar la perdida de confianza con sus grupos de interés. También resulta curioso ver cómo estos departamentos de marketing no pillan el punto a los departamentos de RSC porque no están en la onda de las ventas y claro, hay que vender, vender y vender. Con esta merecumbé le pedimos a la ciudadanía que nos entienda, cuestionando a veces su nivel intelectual o compromiso ambiental. ¿Cuál es el nuestro?
Decencia

Las cosas, cuanto más sencillas, mejor. Para un servidor, hablar de RSC es hablar de empresa ciudadana, de educación, de civismo, de ética, de buenas maneras o decencia, como diría mi padre, y seguramente el tuyo.
Imaginemos que el vecino del tercero, el tuyo o el mío, es médico; que bien, ahora todos los vecinos saben que si sus hijos tienen un no se qué en el estómago, el vecino les puede echar una miradita. Y así, hasta el infinito de los vecinos.
Nuestro vecino médico aparte de echar una mano con lo que sabe hacer para que la comunidad sea más feliz, tratará además de sacar la basara a la hora que Dios manda, no pondrá la música alta a según que horas y no pasará la aspiradora con tacón de aguja, sea hombre o mujer.


Y claro, como nuestro médico es tan buena persona y nos entiende tan bien, pues nos hemos enterado donde pasa consulta a qué sociedad pertenece y allá que vamos con nuestro dinerito… además de recomendárselo a nuestros amigos.
Cambia médico por empresa, la que te dé la gana, ahí tienes la cercanía, la confianza, la reputación, la ventaja competitiva, el crear valor.


No discuto que haga falta un plan director, definir indicadores o gestionar intangibles pero lo que sí hace falta es querer ser ciudadano.


Jose Illana es socio fundador de Quiero Salvar el Mundo haciendo Marketing