Desde esta misma columna me he permitido en varias ocasiones el atrevimiento de reclamar un poco de amor propio hacia nosotros, hacia la publicidad, un sector que tradicionalmente se ha mirado al ombligo con deleite, pero sin el arranque suficiente para reclamar ante la sociedad y la Administración su auténtico papel como industria. Ya se sabe que en casa del herrero...
Pues bien, el Ministerio de Cultura ha reconocido por fin al Sector Publicitario (ahora prefiero ponerlo en mayúsculas) como Industria de Interés Cultural. Suena bien, pero significa más. Significa que obtenemos ese reconocimiento social del que goza el cine, las artes escénicas o la televisión, pero además supone que podemos acceder a una serie de ayudas exclusivas para este colectivo que antes jamás habíamos tenido.
Esta importante decisión del Ministerio de Cultura no viene por casualidad. Detrás está el trabajo del sector en su conjunto, liderado en este caso por la IAA ¿Qué tiene el cine o la televisión que no tengamos nosotros?. Pues para lo que nos ocupa, realmente nada. Simplemente ellos, en su momento, lo pidieron y nosotros, no.
Pusimos en marcha la elaboración de un informe, financiado por prácticamente todas las ssociaciones de nuestra industria, dirigido por el profesor Juan Benavides de la Universidad Complutense, para explicar al Ministerio por qué podemos y debemos ser considerados una Industria de Interés Cultural. Los argumentos son, desde luego, inapelables.
Entre ellos destaca el papel que la publicidad juega como motor de la economía, la constante inversión que se realiza en I+D para crear herramientas de investigación sobre el consumidor y el cambio radical al que debe hacer frente el sector para adaptarse a las nuevas tecnologías y hábitos de consumo. Precisamente, en esta encrucijada se hace más necesaria que nunca la financiación con el fin de invertir en formación, en la creación de empleo juvenil y en el desarrollo de nuevas líneas de investigación.
Ahora, como industria de interés cultural, las empresas con ánimo de lucro pueden acceder a ayudas para “favorecer la modernización, innovación y adaptación tecnológica”, o bien para “promover las inversiones materiales o inmateriales en el desarrollo de un producto cultural con un alto impacto tecnológico”, para “favorecer la materialización de proyectos que promuevan la oferta de contenidos culturales en internet”, o con el fin de “fomentar la digitalización de contenidos culturales y su difusión internacional”, según reza el BOE en su edición del pasado 4 de abril.
Para las fundaciones y entidades sin ánimo de lucro se prevén también otro tipo de ayudas destinadas al “fomento de actividades que contribuyan a generar contenidos digitales”, o para promover diferentes “manifestaciones culturales” de acuerdo a una serie de finalidades como difundir el valor de la propiedad intelectual, o fomentar la igualdad de género, entre otras.
Enhorabuena
Estamos de enhorabuena, creo que entre todos estamos trabajando duro para el objetivo básico de dignificación y reconocimiento de la Publicidad como lo que es, sector de desarrollo, generador de bienestar y difusor de ideas que de otra forma no llegaría nunca al consumidor.
La Publicidad en el Museo --que redunda precisamente en ese valor cultural ahora reconocido--, el Código de Conducta Publicitaria aprobado hace un par de años por toda la industria –-por cierto, el primero que se ha aprobado en Europa-- y, ahora, el reconocimiento de la Publicidad como Industria de Interés Cultural; como digo estamos de enhorabuena.
Creo sinceramente que este es un gran paso para la Industria de la Publicidad, no sólo por las ayudas que irán viniendo bajo esta nueva fórmula, sino sobre todo porque la definitiva unidad del sector ya es un hecho, bajo el paraguas Publicidad sí liderado por la AEACP y con el apoyo de todo el sector vamos a seguir en el camino emprendido y todos juntos poder afrontar los múltiples retos que están por llegar.
No quiero acabar esta pequeña reseña sin agradecer a la AEA y a su director, Juan Ramón Plana, su amabilidad para con Carlos Yepez y conmigo en la Asamblea General, cuando anunció el reconocimiento de la Publicidad como Industria de Interés Cultural.
Fernando Ocaña es presidente de Tapsa