Este verano es diferente. Antes la canícula era un desierto informativo, y los profesionales de la información tenían que recurrir al cajón de los ofidios estivales. Este año, de tantas noticias asombrosas que hay, ni aunque Nessie bailara el aserejé en las calles de Inverness habría papel para recogerlo. Tenemos sobrecarga de acontecimientos. Gadafi pierde su jaima de Casa & Jardín. Un noruego con cara de tonto asesina a medio Oslo, en un guion que supera a las mas calenturientas películas de terror. Sueltan a DSK por falta de credibilidad de la victima. Italia instaura el copago en la Seguridad Social. Las turbas no futbolísticas saquean (en busca de marcas premium, todo hay que decirlo) Londres y otras ciudades de Albión. Elecciones anticipadas en las Españas. La supercopa y sus secuelas digitales sofronizan al país. Masas de adolescentes multicolores invaden la geografía celtibera en busca de Benedicto, feliz y poliglota. Los laicos toman la calle, y fardan de ser pecadores. La prima de riesgo sube y para compensar la bolsa baja. Las diputaciones y disciplinas asociadas, en peligro de extinción. Estados Unidos de rebajas de rating. Se ponen de acuerdo el PSOE y el PP, y Rubalcaba toma tilas en el bar del congreso (el dice que cafés). Y Finlandia dice que sin garantía (¿hipotecaria?) no presta a los helenos. O sea que Grecia en el futuro se puede llamar Kreikka. O, mas probable Griechenland.

¡Que cascada de acontecimientos!. ¿Será que se acerca el fin del mundo? ¿Dice algo Nostradamus de todo esto? ¿Como irán las ventas de Lexatín?

Un personaje retratado por Gregory David Roberts , muyahidín y sabio, afirmaba que desde la simplicidad del Big Bang, una de las leyes del universo es la tendencia a la complejidad. La visión de aquel guerrillero en el Afganistán soviético recuerda. vagamente, a la segunda ley de la termodinámica, en la cual la entropía, medida del desorden, siempre tiende a aumentar.

Menos mal que queda un poco de sentido común en este mundo y se ha evitado la huelga del futbol.

A pesar de ello, esta agitación convierte la vuelta al cole en un evento algo tenso. Pero antes del regreso, tengo derecho a mi fiesta. Sí. Quien celebra, es mas feliz, se enferma menos y acumula menos estrés. Y celebrar es más fácil que nunca, porque ahora todo es mas barato, y trae cien gramos, medio litro o dos latas gratis. Te llevas más y pagas menos. Además, mola montártelo en tu propia casa, que igual es una republica o igual , por qué no, una monarquía (parlamentaria, eso si) con un cetro en forma de llave Allen y un trono de cajas de cartón planas.

De cara al curso que comienza, es un gran acierto la gestoría Aquarius, Yo creo que la gente que nos queremos cambiar el nombre no nos llamamos Marciana ni Macario, sino Pilar o Pedro, y lo que queremos es que el banco nos pierda la pista, y nos deje de perseguir el cobrador del frac. Una identidad nueva que nos permita empezar con ilusión una página en blanco exenta de tachones inmobiliarios, bursátiles o crediticios.

Felicidad

Pero no perdamos el sur, que el dinero no da la felicidad. Entremos en la pagina del Instituto Coca-Cola anunciada en sus latas y alfabeticémonos: Los españoles somos los mas felices de Europa. El dinero es uno de los factores que menos influyen en la misma. Será por eso que Warren Buffet , el millonario mas millonario, que vive en Omaha en una casa de 110 metros cuadrados, quiere pagar más impuestos. Es más, ha contagiado en una epidemia de solidaridad fiscal a los millonarios no hispanohablantes del mundo. Lo de Warren no tiene nada de raro, porque es uno de los mayores accionistas de Coca-Cola… ¿Será él el autor intelectual del Instituto de la Felicidad y sus conclusiones?

Pero la frase del verano es sin duda, no con mis impuestos. Es una frase comodín y brillante, una reivindicación apta para cualquier tipo de situación o grupo social o ideológico. Sus inventores, así a ojo, no parecen ser gentes que paguen muchos impuestos, mas bien parecen receptores de los impuestos pagados por otros. A eso se referirán con lo del posesivo, mis, cuando ya pasan a ser propiedad suya, en forma de prestaciones variadas, una vez que los pagan otros. Pero esta posible eventualidad no le resta genialidad al concepto.

Los suizos

La democracia tiene que evolucionar. Las nuevas tecnologías no deben servir solo para convocar viejas manifestaciones o acampadas. Ahora con internet y las firmas electrónicas seria posible votar todo en tiempo real y sin gastos. Hasta por el móvil. Hacer como los suizos y votar todo, pero en vez de en las plazas publicas de los cantones, desde el ordenador o el móvil. Más aún. Cada ciudadano debería poder decidir los capítulos de gasto que paga o no con sus impuestos: el alquiler del toro Ratón en las fiestas de su pueblo, el cine español, la epidural a ciudadanas de países comunitarios, el festival de Eurovisión o la campaña de tallas mínimas de los pescados. Los capítulos de gasto estarían expuestos como en las democráticas vitrinas de los supermercados, esperando atraer la financiación de los contribuyentes.

Definitivamente para afrontar con éxito y buen ánimo el emocionante futuro que nos trae el nuevo curso académico, elecciones incluidas, no debemos perder el sur. Esperemos que esa sea la dirección que siga la mayoría. Y no el camino señalado certeramente por el dedo de Mou: el ojo del prójimo.

pedroagarcia.wordpress.com

Pedro Antonio García es actualmente asesor de comunicación y ha sido director de relaciones institucionales y comunicación de Coca-Cola en la División Ibérica