Cuando todavía están calientes los premios Eficacia de la Asociación de Anunciantes, se acerca la fecha de otra gran cita, la de la Muestra de Arte y Publicidad, Musa 2011, que organiza la IAA. Una muestra, que, como se sabe, premia los valores artísticos de la obra publicitaria. Entiendo que para los anunciantes —y también para las agencias, desde luego— la eficacia publicitaria sea el valor a perseguir. Lógico, si la publicidad no fuera eficaz, no existiría; sería otra cosa. Y aun a sabiendas de que la eficacia publicitaria es inherente a nuestro negocio, Musa realiza un ejercicio novedoso y muy interesante para nuestra industria. ¿Qué ocurre si observamos publicidad obviando sus valores comerciales? Pues que en numerosos casos nos queda algo que podríamos llamar arte.
El arte es un gran valor para la industria publicitaria y premiar el esfuerzo creativo es reconocer en su justa medida nuestro trabajo. Nadie niega los valores artísticos de la publicidad, pero hace seis años empezamos a difundirlos exponiendo nuestro anuncios en el Reina Sofía y organizando jornadas para discutir la relación entre Arte y Publicidad. La reivindicación de la publicidad como una expresión artística más de nuestro tiempo es el objetivo. Esta reivindicación no es un simple brindis al sol para alimentar nuestro ego. “Vale somos artistas ¿y qué?”. Significa mucho más.
En primer lugar, es una buena iniciativa, en mi opinión, para mejorar la percepción que el público tiene de la publicidad y que, curiosamente, redunda en una mayor eficacia al incrementar el interés de nuestro trabajo por parte del consumidor. En segundo lugar, y no menos importante, reconocer los valores artísticos de nuestro sector implica de forma indirecta que la publicidad es un bien de interés cultural, y no sólo económico.
Hace aproximadamente un año y medio la IAA, junto a otras asociaciones, comenzó a elaborar un exhaustivo informe para defender frente al Ministerio de Cultura que se nos reconociera como bien de interés cultural. Los argumentos fueron aplastantes y, por fin, en abril de este año, fuimos acogidos por está figura legal que nos permite posicionarnos mucho mejor socialmente, además de posibilitar acceso a ayudas al igual que el cine, teatro, etcétera. La IAA defendió ante el Ministerio nuestro papel como motor de la economía, o el esfuerzo que se viene llevando a cabo en I+D para crear herramientas de investigación sobre el consumidor, entre otros argumentos.
Precisamente ahora que estamos inmersos en una larga crisis económica y que la publicidad está cambiando velozmente, es importante acceder a vías de financiación para invertir en formación y en investigación. Las industrias en épocas de crisis, más que nunca, deben reivindicar su esencia. Industria cultural Musa, la Muestra de Arte y Publicidad, redunda en nuestros valores como industria de interés cultural y con el tiempo irá consiguiendo ese cambio de percepción a que aludía antes y que supone asumir de forma natural que la publicidad además de ejercer un papel fundamental en la economía y en la sociedad, es arte.
Musa puede ser considerada como un certamen complementario a los Efis. Ambos resaltan y premian dos valores inherentes a la publicidad. Dos valores que se retroalimentan entre sí. Porque sin el componente comercial no existiría nuestra industria, pero si los anuncios no fueran arte (por lo menos algunos de ellos), ¿serían tan eficaces? El pasado martes 22, en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, se celebró la gala en la que se premiaron los mejores trabajos por sus valores artísticos. Es el colofón de una serie de actos organizados por la IAA para reivindicar nuestra esencia.