La reciente reforma laboral está trayendo cola, cosa que a nadie sorprende, ya sabíamos lo que pasaría desde el primer segundo que el actual Gobierno puso en marcha la misma.
Como no puede ser de otra forma, las nuevas propuestas tienen defensores y detractores y, por supuesto, opiniones a mitad de camino que normalmente suelen ser las acertadas.
Hay verdades no discutibles: la falta de productividad de nuestras empresas y la falta de liquidez del sistema que, unidas a la mala situación de las compañías y el altísimo costo de saneamiento sufrido por las mismas en los últimos años, hace muy difícil, si no inviable, afrontar despidos a 45 días por año, y además seguir asumiendo las bajas por depresión, los medios días de trabajo por cuidado de niños, etcétera, etcétera.
En nuestro país los beneficios sociales han dado un salto de gigante, la cuestión es si podemos pagarlo.
Nuestro sector, compuesto en su gran mayoría por pequeña y mediana empresa, con costes salariales de épocas de bonanza e ingresos de época de crisis, con problemas de liquidez y guerra de precios canallesca, desde luego lo tiene muy difícil.
Hemos ajustado plantillas, hemos cambiado perfiles profesionales, hemos introducido nuevos perfiles que no teníamos, y todo ello con una reducción de ingresos de entre el 30%/40% en el mejor de los casos, para las agencias que hayan conseguido mantener sus clientes. Por supuesto, el nuevo negocio es inexistente y las administraciones públicas tanto las centrales como las de la comunidades, con los presupuestos congelados; en fin, un poco difícil si está el patio.
Dicho esto, si somos capaces de aguantar un añito más, es verdad que también se están abriendo nuevas oportunidades, nuevas puertas que espero que a medio plazo darán sus frutos. El sector se está reconvirtiendo a una velocidad que a veces sorprende y no es reconocible, pero… ¿qué sector no se está reconvirtiendo? ¿qué sector no tiene problemas?
Yo creo que la respuesta está en renovarse o morir, y hacerlo rápido el que no lo haya hecho ya, y el que se haya renovado, entender que el proceso es continuo, es decir, los nuevos tiempos van tan rápidos que la innovación continua es absolutamente necesaria. Para el que lo haga rápido y bien, el futuro está ahí y hay que aprovecharlo.
Futuro
La innovación en nuestro trabajo es el nombre del juego. Por muy bien que les vaya a los Mercadona, copiar no es el futuro; ver lo que hacen otras marcas que arriesgan en tecnología, creatividad, talento y hacer como hacían los japoneses hace ya años, lo mismo copiado pero más barato, no es el futuro. El futuro está en la innovación, está en la creatividad, está en el talento y en añadir valor a cada paso; en fin el futuro está donde ha estado siempre conceptualmente, aunque hoy se haga con otras tecnologías y otras formas de comportamiento. Allí te espero.