Los más viejunos recordamos los tiempos en los que la cobertura de la FM crecía, mientras la de la OM bajaba, según datos del EGM. Luego se añadió la clasificación más lógica de Fórmula y Convencional.
El caso es que el ritmo de trasvase era galopante y parecía que en cuatro o cinco años a ese ritmo, la OM desaparecería, pero poco a poco el fenómeno se fue ralentizando. No sé cómo está ahora ese reparto, que ya publicitariamente no interesa, pero les aseguro que si no existiera la OM me habría enterado porque en mi cocina se oye mucho mejor que la moderna FM. De la digital ya ni hablamos.
Viene esto al caso de los últimos datos de penetración de internet, también facilitados por el EGM. Parece claro que la curva está relajándose y que el medio se aproxima a una fase de crecimiento puramente vegetativo: irán saliendo de la muestra, por un extremo, los no digitales por razones naturales e irán entrando, por el otro extremo,
los nativos mayores de 14 años. Pero parece claro que ha terminado la fase de conquista y los crecimientos de dos dígitos. La brecha digital se manifiesta insalvable para muchos millones de españoles. Esto quizás le sorprenda a alguien, pero es de pura lógica.
En una conferencia de hace como tres años un joven asistente me interrogó con incredulidad sobre el dato de que la mitad de los españoles no sabía manejar un ordenador y por tanto no tenía acceso a internet. No se lo creía, aunque la fuente
fuese el mismo INE. Pero los datos son tozudos. Ese es el muro con el que se topa ahora internet. Y no es el único porque también está, cómo no, la crisis. El coste de las conexiones empieza a ser una losa y, por si fuera poco, los sitios de pirateo más habituales han desaparecido, con lo que a las telefónicas les gustaba usar en publicidad la idea de bájate lo que quieras (que no sea mío) en un pestañeo. En consecuencia, bajan el uso y el tráfico en las redes. Así que, habrá que acostumbrarse a esa nueva realidad, como pasó con la OM.
Tendrán que acostumbrarse y adaptarse, las operadoras; los medios digitales, que dejarán de crecer porque sí, y también tendrán que ajustarse muchos planes de negocio confiados en crecimientos de dos dígitos. Todo esto no quiere decir que el medio se estabilice. Al contrario, todo seguirán siendo tan líquido e imprevisible como hasta ahora. Afortunadamente. Y es posible que en un futuro los datos del EGM no diferencien si hemos visto un programa de tele, por onda, cable o internet, como pasó con la radio.
David Torrejón es director editorial de Publicaciones Profesionales