Hace años que desde la agencia entrenamos a nuestros clientes a llamar a las cosas por su nombre. Recuerdo cuando a Cándido Velázquez, presidente entonces de Telefónica, le convencimos de cambiar abonado por cliente o a Narcís Andréu, presidente de Iberia, a cambiar el departamento de Equipajes Perdidos por departamento de Atención al Cliente. Llamar a las cosas por su nombre implica mucho más de lo que parece a primera vista; hay miles de ejemplos: “Zara no hace publicidad”; afirmación errónea, Zara lo que no hace es ATL, publicidad la hace continuamente, desde la selección de los lugares para ubicar sus tiendas, el escaparatismo, redes sociales, etcétera.

Me llama la atención que nuestros dirigentes mencionen que el problema de los bancos es por causa de los activos tóxicos, y que dividan los bancos en buenos y malos. Me parece que esta forma de definir el problema no ayuda a generar confianza en el sector bancario, desde luego no hablo de no ser transparente con el problema, simplemente señalo que hay formas de denominarlo que describirían el problema pero no lo agravarían con mayor peso sicológico.

En nuestro sector pasa un poco lo mismo; en casa del herrero, cuchillo de palo. Denominamos mal, en mi opinión, lo que está sucediendo, naturalmente hay una crisis en casi todos los sectores económicos incluido el nuestro, pero en nuestro caso lo que hay es un cambio estructural del sistema.

La publicidad nunca más se comprará, venderá, generará, producirá, pensará y se utilizará como se hacía hasta ahora. Hay una nueva forma de estructurar, comunicar, organizar nuestro sector, a la que habrá que adaptarse sí o sí y con la mayor rapidez posible. Pero esto no quiere decir necesariamente que sea malo, simplemente es nuevo y hasta que lo asimilemos del todo y el sector funcione bajo las premisas de trabajo de los nuevos tiempos, toca sufrir.

Desde luego no somos los únicos, mal de muchos epidemia, se están reconvirtiendo sectores completos de la economía, incluyendo funcionarios públicos e incluso poniendo en cuestión el propio estado de las Autonomías.

Resistencia
Como lleva pasando desde siempre (por lo menos desde que yo trabajo en publicidad), nuestro sector es uno de los más resistentes al cambio. Yo creo que se debe a una mezcla de conveniencia (nos ha ido muy bien como estamos), desconocimiento, o pensar que todo cambio es a peor (cosa no necesariamente cierta).

Es verdad que en nuestro sector se han hecho cambios, pero no todos los que se necesitan, ni con la rapidez necesaria, aunque parece que últimamente el sector se ha puesto las pilas.

Bienvenidos los cambios que permitan a nuestra industria tener futuro, desde la reforma laboral hasta los referentes al sistema bancario, cambios tecnológicos, culturales, etcétera. Estoy convencido y por ello debemos apostar que si el sector toma el cambio estructural y lo aprovecha para adaptar/relanzar las agencias, verá los frutos a medio plazo. Hay que perder el miedo a llamar a las cosas por su nombre, porque te ayuda a definirlas bien y a afrontarlas con éxito.