Así es. Esta barbaridad emanó de una artista y cantante local llamada Ninel Conde (guapísima, por cierto) cuando en un tweet dijo que se sentía triste por los afectados del surimi. Bueeeeeeeno… Surimi, tsunami. Tomeito, tomato. Poteito, potato. Le puede pasar a cualquiera. Sobre todo a los famosos. ¿Acaso Sofía Mazagatos no dijo “Me gustan los toreros que están en el candelabro”?

El caso es que la actriz mexicana ahora sale en un spot burlándose de sí misma. Se muestra descansando en la playa cuando visualiza una enorme ola que se dirige a la costa."¡Un surimi! ¡Un surimi! ¡Guardias!", grita Conde. Enseguida uno de los guardias le lleva un plato con dicho alimento. Tras caer la ola, los guardias le aclaran a Ninel que se dice tsunami, no surimi.
Y es que reírse de uno mismo es sinónimo de éxito total. Una marca de galletas conectando con su target aprovechando un fatal desliz lingüistico, infalible.

Retorcido como nadie, recuerdo que cuando me enteré de su tweet mi mente no dejó de recrearse en esa situación. Me estaba imaginando un enorme palito de sucedáneo de cangrejo acercándose a gran velocidad por las aguas y embistiéndose contra las edificaciones costeras. Gente huyendo despavorida y una ciudad enterrada bajo hebras del falso crustáceo.

De hecho me encantaría haber hecho un spot con Espe en el que dijera que le encantan los libros de la escritora Sara Mago. Haciendo alusión a su desliz cuando era Ministra de Cultura y le preguntaron cuál era su libro favorito de Saramago, días después de haber recibido el premio Nobel de literatura. Me encantaría haber hecho el spot argentino de Pepsi en el que decían Pecsi. Me encantaría que la gente asumiera su ordinaria condición de ser humano de vez en cuando. Yo lo hago.

Pero reírse de uno mismo implica otra cosa enorme. El oportunismo. Hace algunos años estaba en Cannes y me digné a hablar con Nizan Guanaes (en ese entonces dueño de DM9) sobre un mítico spot que hizo él mismo para la marca de sujetadores Triumph. Me dijo que escribió el guion en el avión un día después de que Hugh Grant se liara con una prostituta llamada Divine Brown. Llegó de Brasil a Los Ángeles y la convenció para que saliera en un spot anunciando los sujetadores y hablando de los éxitos que una puede obtener usándolos. Nizan es grande.

Y esto es lo que veo aquí. Sentido del humor. Así que riámonos más, por favor. Aunque sea de nosotros mismos. Porque la risa, tirando de un cliché, es la mejor medicina para mente y cuerpo. Está demostrado que el sentido del humor es parte de una vida saludable. La gente vive más. Se hace inmortal.

Dejarla respirar

Y por qué digo todo esto. Porque creo que tenemos que ser más oportunistas y dejarnos de tantas leches de estrategias y demás. Aunque yo peco de tener visión estratégica, creo que a veces hay que dejarla respirar un poco y que se vaya de vacaciones (planners del mundo, lo siento pero es así). Aprovechémonos de los deslices. Seamos oportunistas. Conectemos con la gente sin tanto preámbulo.

Había una marca de café uruguaya que tenía una promoción anunciada en vallas que prometía llevar a los afortunados a la Copa del Mundo de Alemania del 2006. Y para sorpresa de todos, Uruguay no pasó la repesca. ¿Qué hicieron? Tacharon las vallas y escribieron encima “Te llevamos a cualquier lugar menos a Alemania”. Y sortearon viajes a Brasil, Ecuador, etcétera.

Hace una semana vi una valla de un “orgulloso patrocinador de la Selección Mexicana” que por los malos resultados cambio el mensaje a “orgulloso (bueno, ahora no tanto) patrocinador de la Selección Mexicana”. Muy bueno.

Y miro atrás aterrado, viendo lo poco propensos a reírnos de nosotros mismos que somos en España. Lo que conseguimos con eso es un falso moralismo que nos ahoga. Que no saca a la luz los temas candentes del día a día. Cuando llevaba Renault en Tiempo BBDO propusimos que Fernando Alonso se disfrazase de Bisbal para un anuncio estupendo, y nada. Kaput.

Hay que reírse de uno mismo. Y como decía Groucho Marx, “Si encuentras difícil reirte de ti mismo, yo con mucho gusto lo haré por ti”.