A un servidor, la naturaleza no le ha dotado de ojo de precisión para los detalles. Ahora que están de moda el neuromarketing y las predominancias hemisféricas, confieso que de los cuatro caracteres básicos que se contemplaban en los Noventa —el ejecutivo, el controlador, el creativo y el estratega— mi cerebrito está a caballo de los dos últimos.

Por eso me consuela el siguiente hecho: el porcentaje de notas de prensa que se corrigen con un envío posterior debe superar el 15% y a rachas el 20%. O sea que el mundo de la comunicación está lleno de cerebros que van al bulto en lugar de a los detalles. Por eso admiro tanto a los creativos que, además de serlo, tienen esa maravillosa capacidad de situar todo en su sitio.


Y por eso, también me pregunto cómo va a acabar esto de la moda del llamado real time marketing, es decir, las campañas lanzadas en tiempo cortísimo, apoyadas en acontecimientos reales. La herramienta principal, Twitter, está ahí, y si existe la herramienta, enseguida se crea el uso. Desde el éxito de Oreo y Coca-Cola en la Superbowl, se ha especulado mucho y se ha hecho bastante menos.


Y a la vista de lo que ocurre con las notas de prensa, seguramente revisadas por diez pares de ojos entre el cliente y la agencia, me pregunto si no es caminar por el alambre esto del real time marketing por lo fácil que puede ser que se convierta en real time mistaking en un medio sin misericordia. Y no solo por posible errores orto-tipográficos, sino por los callos que pueden pisarse inadvertidamente y ya sabemos cómo está el personal de hipersensible últimamente.