Las técnicas “big data” son lo último en recopilación, análisis y procesamiento de datos personales y están siendo muy utilizadas por muchos sectores empresariales. Gracias a ellas, podemos conocer gran cantidad de información sobre las personas a las que queremos dirigir un determinado producto/servicio. Saber sus datos demográficos, tipos de comportamiento de compra y consumo e incluso sus preferencias es posible gracias al desarrollo de las nuevas tecnologías y a la utilización, entre otros, de las redes sociales. El conocimiento de estos datos supone una herramienta muy eficaz que las empresas deben comenzar a tener en cuenta para obtener mayores probabilidades de éxito en sus estrategias comerciales y hacerse más competitivas.
En base a esto, podemos ofrecer a los potenciales clientes productos y servicios de su interés, justo lo que necesitan o lo que se sabe será de su agrado, lo que supondrá altas posibilidades de compra o contratación. Además, gracias a la obtención y al análisis de datos se puede hacer percibir a los compradores que aquello que se les está ofreciendo es exactamente lo que buscaban y que una determinada empresa se lo puede proporcionar en ese mismo momento y casi en exclusiva. Como si fueran productos pensados para ellos.
El sector del gran consumo es el que más beneficio puede obtener de este fenómeno, ya que los departamentos de marketing podrán enfocarse a cada cliente llevando a cabo diferentes estrategias comerciales. Estas estrategias deberán estar dirigidas a una comunicación adaptada, segmentando los clientes para personalizar las acciones y que muestre los beneficios del producto/servicio teniendo en cuenta la información obtenida.
De esta manera, mediante el “big data” se puede aumentar el número de clientes y también su satisfacción, ya que además beneficia en otros aspectos como son en la fidelización con la compañía y en una buena imagen de marca. Un cliente satisfecho y leal es lo que buscan todas las empresas.
En relación a lo anterior, hay que tener en cuenta otra ventaja de la obtención de información a través de las nuevas tecnologías y las redes sociales, y es la facilidad que tenemos para interactuar con nuestros clientes. De esta manera, no sólo conoceremos sus preferencias, sino qué es lo que piensan de nuestros productos o servicios. Se nos abre así la posibilidad de conocer el resultado casi exacto de nuestras campañas, y si éstas han tenido la repercusión que esperábamos.
Otros beneficios de la utilización de este tipo de información es el ahorro de costes de los departamentos de marketing y comercial, ya que saber exactamente lo que podemos ofrecer permite ajustar el presupuesto y las acciones, por lo que serán más eficientes y supondrán una mayor rentabilidad de las inversiones y una mejor y más rápida toma de decisiones. Se trata de afinar nuestras búsquedas y nuestras propuestas, y no gastar nuestro tiempo con clientes que sabemos que no nos van a comprar o que es muy difícil que lo hagan. No tiene sentido ofrecer nuestros servicios sin optimizar los medios disponibles. Si mantenemos una estrategia definida y enfocada conseguiremos un mejor aprovechamiento de nuestros recursos, lo que revertirá en el resultado de explotación de la empresa y en el coste de captación de cada nuevo cliente.
Pero la utilización del “big data” también tiene sus riesgos. Lo primero que debemos saber es aprovechar el gran volumen de datos que circulan en Internet, publicados en redes sociales, webs, blogs, etc. Este es el verdadero reto y lo más complicado, la distinción entre qué información debemos utilizar y cuál no, para la obtención de un verdadero conocimiento útil, que beneficiará nuestra estrategia de venta.
Toda la información que podemos obtener en la actualidad no tiene ningún valor hasta que es analizada. Por este motivo, es preciso contar con adecuados sistemas tecnológicos, con gran capacidad para el procesamiento eficiente y el análisis de datos, por muy heterogéneos y complejos que éstos sean. Herramientas tecnológicas que además analicen los datos con rapidez, para saber qué es lo que podemos ofrecer a nuestro público objetivo en ese preciso momento, o que incluso nos permitan adelantarnos a sus futuras necesidades.
En la actualidad, diferentes sectores empresariales están mostrando interés por el “big data”, como son, entre otros, el sector financiero, motor, turismo,... por las grandes ventajas y posibilidades que esta herramienta ofrece. Estudios recientes apuntan a que su utilización, por parte de las empresas españolas crecerá hasta más de un 300% en los próximos dos años. Y es que la utilización de una información adecuada marcará, en un futuro no muy lejano, la competitividad de las empresas.
Javier Fuentes Merino, CEO de Grupo Venta Proactiva