Estamos hablando de los más grandes creadores de tbo’s de todos los tiempos.
Creo que en esta profesión ya hemos agotado los chistecillos de Gary Larson. Por eso quiero hablar de Bill Watterson. Es una gran inspiración que todos los publicitarios deberíamos conocer.
Da la bienvenida a los genios Calvin y Hobbes y olvida a los capos del marketing con los que creías que habías aprendido algo, como a Kotler. La tira cómica narra la historia de un niño de 6 años y su tigre. Estos dos personajes pueden enseñarte más sobre la esencia de un buen trabajo de lo que piensas.
Calvin, el niño, y Hobbes, su tigre, son una creación de Bill Watterson. Va sobre un niño que tiene como mejor amigo a su sabio tigre de peluche pero que, para él, es un tigre de carne y hueso. Y no sólo le habla sino que le suelta las frases más ocurrentes. El tigre le ayuda a hacer frente a las dificultades de la vida a esa edad: la escuela y otras cosas que agobian a un niño. Y sí algo tiene un niño es creatividad. Y La creatividad es la capacidad de mirar algo e imaginarse otra cosa.
No lo sé, pero me parece que cuando las personas crecen, no tienen ni idea de lo que es cool. Y es que el problema es cómo a veces la madurez viene acompañada de una falta de espontaneidad. Cosa que no les falta a Calvin y Hobbes.
Cuando maduras, empiezas a hablar de que el target no se va a ver reflejado en el spot. Que cuando un spot sale mal en los tests, el 99% de las veces se queda en un animatic. Todo eso es racionalizar las cosas demasiado. Y si te paras a pensar, cuando te pones delante de alguien y quieres caerle bien, ¿qué haces?: decirle “soy super gracioso” ¿o directamente vas y le demuestras que eres gracioso? Yo me decanto por la segunda. Sory. Sí, con una sola erre.
Con todos mis respetos a Quino
Y no le quito mérito a Quino. Mafalda fue la inspiración de un oro de España (Casadevall) en Cannes para Cruz Roja con una niñita que le metía el chupete en la boca a un niño indigente que aparecía en la tele. Ni tampoco le quito el mérito a ninguno de los grandes. Sólo creo que hay gente en esta vida, tipo ellos, que no se olvidan que la gran creatividad sólo te sale si te quedas en los 23 años. O mejor dicho, si a los 23 años te quedaste en los 16. O mejor dicho si a los 16 te quedaste en los 9.
Pero volviendo al Señor Watterson. Tenía una frase que decía: “La sorpresa es la esencia del humor, y nada es más sorprendente que la verdad.” Y ése es el papel esencial de cualquier marca en la actualidad. Encontrar lo que se puede decir acerca de tu propia verdad. De hecho, hace unos meses firmé una campaña en México que lanzaba un bollito llamado Twinkies que dejó de existir en Estados Unidos. La verdad es que el pueblo americano, junto con celebrities como Rob Lowe o Donald Trump, protestaron contra su desaparición. Y fui al cliente y presenté una campaña llamada: “Dona un Twinkie a un Yanki.org”. No os podéis imaginar cómo se rieron. Y aquí entre nosotros, al final se llamó: “Dona un Twinkies a un americano.org”. Una ONG ficticia que se hizo realidad. ¿Premios? No le faltaron. Porque nos estábamos riendo de que por fi n los americanos querían algo que sólo los mexicanos tenían: los Twinkies. La verdad.
Y es que el uso de los cómics en la publicidad es una vieja estrategia que puede estar al borde de un renacimiento, que te habla de verdades gracias, en parte, a la creciente popularidad de las novelas gráfi cas entre los jóvenes. Todos sabemos que Hollywood lleva adaptando novelas gráfi cas como Sin City entre otras. Y que lo hagan con Calvin y
Hobbes no sería una sorpresa.
Lo mejor de Calvin y Hobbes es que tienen el desparpajo de ver el mundo como niños. Tanto que cito una frase de ellos: “La infancia es corta y la madurez es para siempre.”