En marzo toca hablar de reivindicaciones de género -por lo de la igualdad- y de momento, el género que más necesitado está de reivindicaciones sigue siendo el femenino.

Ha llovido lo suyo, ni mucho ni poco, desde que veíamos en aquella Jo de 1868 una rebelde frente al estereotipo de mujer de su época, aspirando a convertirse en escritora publicada pero incompleta hasta obtener como premio un pigmaliónico esposo intelectual. Cien años más tarde, en 1968, los grandes pensadores del siglo XX, de los que solo nos han metido en el top of mind a los del otro género, derraman ríos de tinta manifestando que la gran beneficiaria de la revolución ¿sexual? fue la mujer. Lo cierto es que en aquella época, para nuestras madres o abuelas, en muchos casos, no en todos, trabajar fuera de casa además de dentro era una opción, y hoy no queda otra. Desde aquella Jo, hemos pasado por las Jo working girls (Melanie Griffi th vs Sigourney Weaver) hasta las Jo Hermione Grangers (Harry Potter) o Katniss Everdeen ( Jennifer Lawrence en Los juegos del hambre).

A excepción de Cruella de Vil, todas las Jo aparecen felizmente acompañadas de su respectivo complemento príncipe. ¡Jo! ¿Por qué no nos vemos a nosotras mismas como naranjas enteras? ¿Nos ven ellos como las Rachel de Blade Runner - versiones mejoradas de las Nexus 6 - o viceversa? ¿Les vemos a ellos imprescindibles para animar nuestras vidas? ¡¡¡A mí particularmente los tíos me gustan más que un bolso!!! Quedan mejor colgados del brazo…

Dicen las profesoras de universidad, de instituto -y algunas encuestas- que en igualdad no progresamos adecuadamente. Por eso, en Euskadi han destapado una vez más la caja de Pandora. ¿Conocemos la comisión Begira? Como dijo un hombre, casado con una mujer icono y amante de otra ídem, ¿qué estamos haciendo nosotras por nuestro género? Posiblemente mucho más de lo que nos imaginamos.

Aunque sabe a poco. Solo el 8% de nuestros cineastas o guionistas con trabajo remunerado son mujeres. Y me consta que las universidades están tomadas por talento femenino. ¿Cuántas de estas hacen cine publicitario? ¿Qué podemos hacer las publicitarias y las marketeras para empoderar a nuestras pares?

Dudas

A menudo nos atacan con leyes contra la publicidad sexista como las de la Comisión Begira que a mí me inundan el cerebro con un mar de dudas ¿Cómo van a impedir que los medios de comunicación no presenten a las personas como inferiores o superiores en función de su sexo, ni como meros objetos sexuales? ¿Van a vetar a los guapos o guapas favoreciendo a los feos en los castings? ¿Cómo van a favorecer que los contenidos no justifiquen, banalicen o inciten a la violencia contra las mujeres? ¿Y los hombres? ¿Van a prohibir las miradas en debates políticos? ¿Cómo van a promover una imagen igualitaria, equilibrada y plural de ambos géneros? ¿Van hacia la publicidad engañosa? ¿Cómo van a favorecer que los medios de comunicación social hagan un uso no sexista del lenguaje si en español el plural es siempre masculino, y cuando hablamos de ellas como personas, ellos como hombres no se enteran? ¿Qué sabe Begira que no se enseña en las cátedras de Publicidad ni de Filología?

Amigas del club de creativas y creativos, ¿tenéis respuestas? Abramos el debate en internet. Este mes es lo que toca. El saber cómo ocupa y preocupa. Será que seguimos siendo influyentes. La publicidad vende. Pero ¿baila sola? ¿Por qué nunca contestamos cuando nos atacan? ¿Somos mujeres Jo?