Si tratásemos de contar cuántas frases, imágenes, canciones o personaje sse han quedado grabados en nuestra memoria gracias a la televisión a lo largo de nuestra vida nos daríamos cuenta de que es una misión imposible. La que ha sido compañera y parte de la familia, la que nos ha reunido a millones de españoles para hacernos vivir momentos únicos, la que nos ha ayudado a soñar y nos ha mostrado el mundo más allá de nuestras paredes ya no es la misma. Nuestra querida televisión ha cambiado de traje.
Llevamos años sintiendo cómo la preocupación por el estado de la televisión en España crece, cuestionando los motivos del por qué “ya no es lo que era”, criticando la calidad de los contenidos, el modelo de gestión y preocupándonos por si la televisión, tal y como la hemos conocido, había llegado al final de sus días cediendo su trono al digital...
En la mente de muchos la televisión ya es una “cosa vieja”, incapaz de mantener la corona en un reino amenazado por nuevos cortesanos ávidos de poder. Y sí, la televisión ya no es lo que era, pero es mejor. Silenciosa, ha sabido ir adaptándose y encontrar un nuevo espacio en un entorno casi hostil donde finalmente las nuevas tecnologías se han puesto a su servicio en vez de mostrarse como el enemigo que podría parecer. “Yo sigo aquí, pero ahora eliges tú cómo quieres que te acompañe” es lo que parece susurrarnos.
No hace tanto el término de “televisión a la carta” nos parecía de otro mundo. La posibilidad de poder elegir “qué” y “cuándo” nos llenaba de emoción, pero a medida que han ido pasando los días nos quedaba algo por solucionar: el “dónde”. La necesidad de inmediatez y facilidad de acceso a contenidos han forzado la alianza entre el mundo audiovisual y el digital dando forma a esa televisión del futuro que ya es la televisión de hoy: la televisión de las multipantallas con un catálogo de contenidos casi infinito para que los consumas como quieras; un ser híbrido que se alimenta y fortalece gracias al aporte de los dos universos.
Esta transformación nos ha arrastrado a todos…espectadores, trabajadores del medio, creadores de contenido y, por supuesto, al mundo de la publicidad. “¿Qué ocurre con el consumo”, “Ya no se ve la televisión” ,“No consigo la cobertura que necesito” o “¿Dónde está mi público?” podrían ser los títulos del piloto de una nueva serie televisiva protagonizada por los anunciantes y sus agencias, pero hay un pequeño matiz que se escapa a los guionistas porque en la televisión de hoy es posible encontrar la respuesta a todas esas inquietudes dándole el papel principal a un nuevo personaje: La Addressable TV.
Joven, instruida, ágil, especialista en tecnología digital y con una amplia red de contactos, nuestra protagonista viene a apoyar a la televisión lineal en una misión conjunta, la de recuperar la eficacia del medio. El entorno de consumo, el formato, soporte y contenidos elegidos ya no son un obstáculo…aplicaciones, plataformas y pantallas, se convierten ahora en parte del equipo que permite a la Addressable TV abarcar todo el universo televisivo multiplicando las opciones de segmentación y personalización del mensaje.
Pero, ¿cómo lo hace? No es magia, aunque lo parezca, es innovación tecnológica que como primera referencia tiene ya a Finecast, la plataforma global de publicidad desarrollada por GroupM, que ya alcanza a 80 millones de hogares en el territorio EMEA (por el momento) mediante un único acceso al ecosistema de Addressable TV conquistando así el entorno de la televisión conectada, HBBTV y OTTs y que en España ya cuenta con la colaboración de Mediaset, Experian, DAZN, Pluto TV, Atresmedia y Rakuten.
Nuestros guionistas ya están escribiendo una segunda temporada para esta serie y atención porque cuenta una de las grandes tramas de la historia: “Addressable TV y los nuevos aliados”, que no son otros que los que hasta ahora se habían mantenido al margen del modelo publicitario: Netflix, Disney+, HBOMax,… El primer capítulo “Netflix is coming” ya se ha estrenado y estamos deseosos de ver los siguientes.