El lunes 28 de abril de 2025 un apagón eléctrico dejó a toda España sin electricidad durante horas. Y aunque las consecuencias de que se apagara la luz fueron palpables las calles, oficinas, comercios y hogares a oscuras, hubo otro impacto menos evidente pero con consecuencias importantes para el sector: el parón de las campañas digitales.

Desde Rocket Digital pudimos observar cómo en cuestión de poco minutos, se perdía más de un tercio del volumen habitual de clics. Las campañas dejaron de funcionar tal y como se habían planificado, aunque el efecto no fue igual para todos los actores implicados. Las cuentas que concentran más actividad por la mañana fueron las más afectadas. Otras, con más empuje por la tarde, sufrieron algo menos. Pero el desajuste fue general para todos.

El martes 29 arrancó sin que los algoritmos se hubieran recuperado totalmente del golpe. Algunas campañas disparaban costes en un intento desesperado por  recuperar terreno. Otras, directamente, no levantaban el vuelo a pesar de los esfuerzos. Parecía que ese corte de luz había dejado también en suspenso todo lo que habíamos estado organizando y trabajado durante muchas horas de días atrás.

Y justo en medio del caos, llega el sprint final del Día de la Madre. Esas campañas que deben estar ya casi cerradas para asegurar ventas y entregas a tiempo. Con los datos patas arriba, no nos queda otra que reaccionar rápido, muy rápido.

La receta de Rocket Digital, aunque no es mágica, sí puede ayudar. Se debe seguir el rendimiento de las campañas muy de cerca, hablar con los clientes con total transparencia y ajustar sobre la marcha para no malgastar ni un solo  euro. En momentos así, más que nunca, tener información clara y saber qué hacer con ella marca la diferencia.

Lo ocurrido el 28 de abril nos recuerda algo que a menudo se nos olvida en el día a día: por mucho que planifiquemos campañas al milímetro, hay factores que escapan completamente a nuestro control. Y cuando eso pasa, solo queda una opción: adaptarse rápido. La agilidad no es un plus, es parte del trabajo. Estar encima de los datos, entenderlos en el momento y saber qué decisiones tomar es lo que marca la diferencia cuando el terreno tiembla.

Todo esto, además, en un mercado donde no hay margen para errores: solo en 2024, la inversión en publicidad digital en España superó los 5.500 millones de euros, creciendo más de un 12% respecto al año anterior. Con esa cifra sobre la mesa, cada campaña, cada movimiento y cada euro cuentan. Porque cuando los imprevistos aparecen y siempre acaban apareciendo- lo importante no es adivinar el futuro, sino estar preparado para responder. Y hacerlo bien.