Mònica Navas 

Directora Healthcare + Internal comms

 

Ser madre me ha aportado muchísimo a todos los niveles como persona, por supuesto también en lo profesional. Pero como soy de las que piensan que la profesional, la compañera, la madre, la hija, la hermana o la amiga son la misma persona, no voy a distinguir. Siempre había pensado que quería ser madre, tenía claro que era una experiencia vital que no me quería perder. Antes de serlo, me podía imaginar lo que implicaba y cómo me iba a cambiar la vida. Lo que no podía prever es hasta qué punto me transformaría…. 

Mi capacidad de trabajo y sacrificio se multiplicó por mil, todo se vuelve más relativo. Ahora soy multitarea, multicomprensiva, multiempática, multifacética... Creo incluso que me he vuelto más valiente y asertiva en todos los aspectos de mi vida. Ser madre ha sido llegar a casa y desconectar al minuto cero de los temas de trabajo para resolver un problema con los deberes, poner paz a una pelea entre hermanos o recibir un abrazo terapéutico de 20 segundos (“porque mamá, si no es de 20 segundos, no hace efecto”). 

En definitiva, la maternidad es el proyecto más ambicioso y a la vez imprevisible con el que he lidiado, pero también, y aunque me encanta mi trabajo, el que más satisfacciones me ha dado. Gracias Roger y Nil.

 

Adriana Díaz Covaleda

Consultora de Comunicación & Marketing 

Co-fundadora #SomosMujeresTech

 

Ser madre, además de poner tu mundo patas arriba, también te lleva a centrar tus esfuerzos en dejar un mundo mejor para ellos. Si, porque quieres que tus hijos se sientan orgullosos de ti y de tu trabajo y para combinar ambas cosas, es decir, que me ayudará con mi proyección profesional, pero a la vez que dejará huella y un legado para mis hijos, soy una de las co-fundadoras de #SomosMujeresTech. Un think tank para mostrar a las futuras y actuales generaciones, en especial a las niñas, las ventajas que supone la tecnología en todos los ámbitos: sociales, laborales y económicos, en un mundo cada vez más digital. ele

Un think tank que busca la diversidad y la igualdad cerrando las brechas de género y, por ende, salariales, para crear un modelo laboral que tenga la visión de hombres y mujeres dispuestos a “luchar” juntos y, no, unos contra otros, por una sociedad más vanguardista e innovadora. Esta es mi pasión y lo que la maternidad me ha aportado en mi carrera profesional, entre otras múltiples cosas. Espero que sea mi grano de arena en este largo camino al liderazgo femenino que anhelo con todo mi corazón que mi hija Lucía sea una de las beneficiadas de todo el trabajo que hacemos ahora y que sienta orgullosa, así como anhelo que mi hijo Santiago sea uno de esos hombres que siempre busque en la voz de una mujer esa visión femenina que tanto hace falta por crear un mundo mejor.   

 

Elena Serrano

Directora de Consumo

Hasta hace poco el hecho de llevar una trayectoria de más de 25 años en agencia me hacía sentir mayor y en ocasiones a años luz de las conversaciones de mis compañeros, la mayoría millenials de pura cepa: mentes rápidas, creativas, y digitales. Pero la vida son ciclos y hoy la moderna soy yo. Y es que ser madre de dos adolescentes me da muchas pistas para conocer (de verdad) a la Generación Z, para muchos el Santo Grial.

Entender por qué unas marcas “lo petan” mientras otras no logran conectar por mucho que se esfuercen, sorprender en los brainstormings dando nombres de nuevos influencers que al resto ni siquiera les suenan, conocer el potencial de TikTok si se hace con gracia, empatizar cuando “se vienen cositas” en Twitch, o saber descifrar esas nuevas expresiones random que solo ellos utilizan, hace que me sienta empoderada y muchas veces por delante de mentes supuestamente más cercanas a las nuevas generaciones. 

Así que, gracias, Javier y Pablo. Sin saberlo me habéis convertido en una madre molona. Lo aprovecharé mientras dure, por mucho cringe que os dé.  

 

Noelia García Trillas

Directora de la División de F&D 

Ser madre es una aventura intensa y maravillosa que te pone en la tesitura de reinventarte cada día, un ejercicio de rol play constante y ante todo tipo de situaciones que te obliga a evolucionar. Os comparto algunos de los aspectos en los que me ha mejorado a mí como profesional. 

  • La creatividad se alimenta de nuevos intereses y situaciones vitales, también los que aporta la maternidad. Una nueva perspectiva que en ocasiones aplico en una propuesta de cliente, y en otras será una forma innovadora de abordar un conflicto.  
  • Gestión del tiempo. El tiempo adquirió otro significado después de tener un hijo, aprendí a darle mucho más valor. Las horas parecen más cortas y, sin embargo, la productividad es mayor. Priorización, organización y aprovechamiento del tiempo mejoran de una forma indescriptible ante la alternativa del caos. En la medida de lo posible, las tareas se empiezan y se terminan una tras otra, intentando controlar el solapamiento y la trampa de la multitarea. 
  • Improvisación controlada. Los colegios y las guarderías tienen una ficha con los teléfonos de los familiares del niño. Si el primero no contesta, se sigue intentando por orden de prioridad. Tener un plan B, un plan C y hasta uno D me ayudan a actuar con calma y sin dramatismos en cualquier faceta de la vida, incluida la profesional.  
  • Establecimiento de límites. Cualquier teoría de la educación señala la fijación de límites como un elemento imprescindible para el crecimiento del niño en un entorno seguro. Hacia los demás, un NO puede generar rechazo, pero si está bien justificado, ayuda a generar confianza a largo plazo. Asimismo, situar algunos límites en la profesión es saludable y necesario para disfrutarla, mantener la motivación, mejorar la productividad y evitar los bloqueos. 
  • El valor del juego, la diversión que los hijos buscan de forma recurrente es muy necesaria en la actividad profesional también. Además, desde el foco del juego, de la empatía y del buen humor es más fácil superar el miedo a equivocarse y tomar cada decisión como una oportunidad de aprendizaje. 

 

Nana Gómez

Consultora de Comunicación y RRPP en Tecnología e Innovación

 

La llegada de la maternidad desmorona nuestros esquemas y cambia por completo la rutina en la que durante años hemos vivido inmersos. Es una gran transformación que nos pone a prueba muchas veces, mostrándonos esas fortalezas que no sabíamos que teníamos, y presentándonos debilidades que jamás pensamos que experimentaríamos. ¿Qué mejor aprendizaje para la vida laboral que saber enfrentarnos a lo que sabemos debemos mejorar o, por qué no, delegar, mientas ponemos en valor aquello que aporta al equipo, a nuestra compañía, y por ende a nuestros clientes? 

Ser madre no fue sencillo para mí. Tuve que pelear durante años con mi cuerpo para lograrlo y gracias a los avances de la medicina hoy soy madre feliz de dos chicos que me vuelven loca de amor. Eso también me ha enseñado a valorar cada instante, cada momento especial y a desarrollar mi paciencia para conseguir las cosas de valor. A disfrutar de cada pequeña cosa. Poner ilusión en cada proyecto que pongo en marcha es para mí una máxima, ya sea en casa con mis hijos, como en el trabajo con mi equipo. Y eso lo aprecian y agradecen nuestros clientes. Me encantaría poder decir que la maternidad me ha ayudado especialmente a implementar la planificación y las capacidades organizativas, pero creo que en mi caso la creatividad, el seguir mi instinto y la búsqueda de sinergias me han servido mucho más de timón en mi vida laboral. 

Sea como fuere, lidiar hoy con la conciliación entre nuestra familia y nuestra profesión se antoja complicada en nuestros días, lo que me recuerda que soy una privilegiada por conseguir a menudo sobrevivir a este equilibrismo que hace que muchas renuncien.

 

Palmira Muñoz

Directora de Tecnología

 

Ser madre de gemelas adolescentes supone todo un reto en muchos sentidos, no cabe duda. También te pone a prueba. Pero lo mejor de todo es que esta maternidad por duplicado es capaz de despertar algunos “superpoderes” que están dormidos esperando esa chispa que los saca a la luz. Puede parecer un tópico, pero el multitasking es quizás el primero de esos poderes que desarrollé cuando tuve a mis hijas Ángela y Claudia, hace ya 15 años. Y desde luego supone una ventaja en el exigente mundo de la comunicación y las RRPP, donde tienes que trabajar con diferentes clientes en multitud de proyectos a la vez de forma rápida y eficaz. El arte de la negociación es también clave, donde conceder sin ceder y encontrar puntos comunes que nos unan, es vital para propiciar un entendimiento por ambas partes. 

Y, por último, no quiero olvidarme del poder de la empatía. Saber comunicar con eficacia significa poder llegar a las personas, conectar con ellas. Pero hacerlo con empatía es otro nivel, porque nos olvidamos por un momento de nosotros mismos para ponernos en el lugar del otro, y realmente merece la pena.