Los acontecimientos se siguen precipitando en la imparable revolución de los medios.  El Anteproyecto de Ley sobre financiación de TVE ha sido enviado al Parlamento por el  apremiante trámite de urgencia, no sea que las críticas arrecien más de la cuenta y el Gobierno tenga que echar marcha atrás, cosa que dudo. ¿Cuál es la razón por la que todos los movimientos legislativos o similares se comunican en vísperas de puentes vacacionales? ¿Acaso se asusta el Gobierno de sus propias veleidades? ¿Es consciente del alcance que puede llegar a tener?  Supongamos que sí; entonces,  ¿qué es lo que buscan? Supongamos que no: ¿a qué se dedican?

Las cadenas privadas asisten calladas, prudentes, al revuelo que se ha montado en el sector de la publicidad. Curioso, sus principales clientes, los anunciantes, están totalmente cabreados y por ende la inmensa mayoría de la industria publicitaria. Esperan, supongo, a que el temporal cese pronto; que ya está aquí el verano y éstos, los de la publicidad, andan un poco tibios. Entre sorpresa y sorpresa, vamos conociendo algunas de esas consecuencias que el Gobierno o bien ignoraba (mal), o bien le dejaban indiferente (peor). Un acertado estudio de GroupM publicado recientemente revela que TVE dejará de ingresar unos 520 millones de euros. De éstos, entre 100 y 120 serán captados por el mercado televisivo; el conjunto de medios restante absorberá entre 120 y 140, entre 80 y 160 serán pasto de la inflación y, lo más sorprendente, de 100 a 220 se perderán, se volatilizarán. Vamos a ver, ¿estamos hablando de que una vez eliminado uno de los comensales, la tarta será más pequeña? ¿Valía la pena desmadejar TVE para esto? Necesito que alguien me diga que sí, ahora que es tan importante el tamaño de la tarta como el número de comensales. Batalla Por otro lado, sé de buena tinta que los actuales gestores de TVE no sólo no tiran la toalla, sino que están dispuestos a dar la batalla en toda regla, cambiando hacia una televisión más pública pero de altísima calidad y componentes de valor del que carecen las privadas. Estamos todavía en crisis, se habla y se escribe mucho sobre la necesidad de incentivar el consumo. Las marcas lo pueden tener un poco más difícil, el estudio de GroupM habla de que encontrar los targets afines a TVE no siempre será posible. Quizá terminar con la doble financiación en la cadena pública sea necesario, pero probablemente éste sea el peor momento para hacerlo. ¿No se podría esperar a que amainara esta enorme crisis que padecemos? ¿No se podría haber eliminado la doble financiación más escalonadamente? Demasiadas prisas. Paralelamente, la revolución continúa. Junto a la mesa donde está situada la famosa tarta que encoge, se prepara la nueva televisión española. El resto se mira de reojo y calla. Los jugadores están atentos al próximo intercambio de cartas. Hay nervios y también prisas. Cuatro y La Sexta se tocan. Han sellado la paz del fútbol y anuncian fusión. El verano se acerca y antes, quizá, habrá otro comensal menos. Esperemos que en este caso la tarta no decrezca. La posible fusión Mediapro-Prisa generará un gigante de la comunicación con importantes derechos deportivos, que operará tanto en cadenas en abierto, como de pago gracias a la inminente aprobación de la TDT de pago, que traerá un nuevo escenario mediático. Cuando uno toca una pieza, se mueven las demás y no siempre hacia donde queremos. Todo ello ocurre en un contexto histórico que a su vez tiene su propio movimiento y sus leyes ocultas. En este contexto cambiante, sorprendente, es en el que la publicidad se tiene que desenvolver. Tengo la sensación de que no estamos haciendo todo lo que debiéramos para hacernos escuchar. El Gobierno parece que se esfuerza en favorecer a todo el mundo, pero con esta falsa política, como se sabe, sólo se logra cabrear a todos. En otro orden de cosas en la vorágine de la crisis, cada cual pasa la pelota al siguiente, según se pueda. Veamos un escenario claro y actual, que muestra que las cosas no van como debieran: el cliente de una agencia decide –y puede que consiga- bajar el fee. Los argumentos son evidentes, que si la crisis, que han bajado las ventas, que o cedes, o adiós. A la probable bajada del fee se suma la dilatación en el tiempo de los pagos. En esta situación, la agencia debe recurrir a la financiación para hacer frente a sus propios gastos, lo que a su vez genera nuevos costes y todo ello en un momento de menores ingresos. ¿Cómo vamos a armonizar esto si los salarios son fijos y los ingresos cada vez menores? ¿Cómo podemos permitir que además de que el mercado de la publicidad sea cada vez más pequeño le ayudemos eliminando la publicidad de TVE? Vamos, que en un par de crisis trabajaremos gratis si no nos ponemos las pilas. ¿Piensa alguien que cuando las causas que justificaban el descenso de los ingresos cesen vamos a volver a la situación anterior de mayores ingresos? La realidad de las cosas es que, para decirlo de forma sencilla, España y su riqueza económica es un 20% más pequeña. Que tenemos un mercado donde las dos variables básicas de costos, salarios y alquileres, no son flexibles y los ingresos son totalmente flexibles; claro, no cuadran los números y despidos van despidos vienen. Para colmo, el cambio galopante de sistema de remuneración de comisión a sistema de fee, con aproximaciones no sólo a la baja de los clientes, sino además, inventándose sistemas de cálculo del fee con los cuales es imposible que sus agencias sobrevivan.Modelo Creo que estamos en una situación muy delicada y que la causa de todo esto además de la crisis económica, es la crisis de modelo. La recesión, afortunadamente ha desvelado algunas evidencias hasta ahora ocultas, como la precariedad inherente en la relación anunciante-agencia-medios, es decir de todo. Es necesario abrir un paréntesis de reflexión, generar un debate constructivo y volver a edificar el sector de la publicidad desde criterios de rentabilidad, donde las cargas estén justamente repartidas y para ello, de nuevo, es necesario aportar ideas nuevas y revolucionarias. Nos tenemos que reinventar porque cuando todo cambia y todo se mueve, uno no se puede quedar quieto y en este caso sí hacen falta las prisas, tenemos que encontrar nuestro nuevo modelo, que armonice los nuevos modelos de remuneración, la integración de nuevos medios en nuestro sistema, nuevos modelos salariales, en fin tantas cosas nuevas que mejor nos ponemos ya.fernandoocana@anuncios.com